El ya lejano 1981 fue un gran año. Por un lado porque nació un servidor, pero por otro lo fue porque recibimos uno de los juegos más influyentes de la historia: el estupendo Donkey Kong de Nintendo. Aquel título de plataformas fue imitado hasta la saciedad, produciéndose juegos que se inspiraron en él como el estupendo Congo Bongo que hoy os traemos.
Programado y producido por Sega, Congo Bongo o Tip Top, como se le conoció en algunos mercados, fue lanzado en 1983 para los salones recreativos. Ese mismo año también se produjeron versiones para ordenadores y consolas, teniendo una buena variedad de sistemas dónde jugarlo.
Como decimos al principio, Congo Bongo bebe mucho de Donkey Kong. En parte, estas similitudes están el el desarrollo, pues aquí también tenemos a un mono bastante hermosote que nos lanza cosas. Nosotros controlamos a un pequeño explorador con la nariz roja y nuestro objetivo es el de vengarnos del mono de turno, que es muy graciosete. Esto es porque en medio de la noche se ha presentado ante nosotros y ha quemado nuestra tienda de campaña con un antorcha.
Pero no, Congo Bongo no es un simple clon de Donkey Kong y ya. El juego va mucho más allá al ofrecernos una perspectiva isométrica por la que movernos, dándonos una falsa sensación de movimiento 3D que no tenía el juego de Nintendo.
Tendremos cuatro fases totalmente distintas. En la primera debemos llegar hasta el mono escalando una serie de acantilados y atravesando otros peligros como, por ejemplo, un puente que cruza una catarata. Tendremos que esquivar los cocos que nos lanza el mono y huir de otros miembros de su especie, pues se pueden poner de acuerdo y lanzarnos por el barranco.
Superada la primera pantalla, que no es nada fácil, pasaremos a la segunda. En esta saltaremos por una serie de plataformas plagadas de escorpiones y serpientes. Al final llegaremos al lomo de un hipopótamo que nos permitirá saltar hasta el mono y acceder al siguiente nivel.
En la tercera habrá una manada de rinocerontes que irán a por nosotros como locos. Para escondernos hay unos agujeros en el suelo, pero cuidado, estos agujeros se irán cerrando por un topo mientras pasa el tiempo. El mono, que está en lo alto de una roca, nos espera al final de esta fase.
Por último acabaremos en un nivel que nos recuerda mucho al también mítico Frogger. Atravesaremos un peligroso río por el que tenemos que saltar por los diferentes animales que veamos. Hay hipopótamos que se mueven de arriba a abajo, peces que nadan de izquierda a derecha y una estampida de rinocerontes al final de este tramo. Arriba, en lo alto de una roca, nos espera nuestro simiesco amigo descansando en su trono.
Evidentemente, una vez alcanzada la cima y cobrada nuestra venganza, Congo Bongo se acaba. Y de ahí volveremos al primer nivel, con un añadido más en la dificultad del juego, que no es muy baja que digamos.
Como podéis ver, Sega no se limitó a copiar lo que vio en Donkey Kong. Las mecánicas de Congo Bongo fueron muy novedosas en su momento, en especial esa vista isométrica por la que, en un principio, puede costar un poco moverse. Pero bueno, una vez superado el aprendizaje inicial, el juego es toda una delicia a nivel jugable.
Entre 1983 y 1984 Congo Bongo fue llevado a un buen puñado de sistemas domésticos. Atari 2600, Atari 5200, Intellivision, ColecoVision y la consola de Sega SG-1000 recibieron distintas versiones con recortes. El más importante fue la desaparición de la perspectiva isométrica a favor de una desarrollo más tradicional. Este fue el caso de la consola SG-1000 de Sega, en cambio, en Atari 2600, una consola mucho más limitada, podemos ver esa perspectiva adaptada en el primer nivel.
En cuanto a ordenadores tenemos versiones para los Commodore 64 y Commodore VIC-20, Apple II, MSX, PC, Atari 8bit y los menos conocidos Coleco Adam y Texas Instruments TI-99/4A. No hemos probado todas, pero nos vamos a quedar con la segunda versión que apareció en Commodore 64, quizá lo más fiel a la recreativa que se puede ver.
Y es que lo logrado a nivel técnico con Congo Bongo no es ninguna bobada. Hablamos de 1983 y hablamos de movimiento fluido, una perspectiva muy novedosa para la época y gráficos coloridos. Esto lo convertía en todo un portento técnico difícil de adaptar en cualquier máquina doméstica existente en el mercado.
Esto fue posible gracias a la placa recreativa que Sega preparó en 1982 para lanzar su también famoso shoot ‘em up Zaxxon. Esta placa, que contaba con un procesador Z80, toda una estrella de aquella época, permitió usar esa perspectiva isométrica tan espectacular. Por otra parte también salieron juegos menos conocidos como Razzmatazz o Ixiom (este último no pasó de la fase de prototipo) que usaban esa placa pero tenían un desarrollo más normalito.
Todo un juego adelantado a su época. Congo Bongo es un ejemplo perfecto de cómo coger mecánicas de otro juego y adaptarlas sin reparo a otros elementos tan novedosos en 1983 como la perspectiva isométrica. Toda una maravilla que tenéis que probar en su versión arcade, pues ninguna conversión doméstica le hace justicia.
Un juego muy bonito y tecnologicamente avanzado para su época. Y tristemente ha sido bastante olvidado.
Correctísimo. Se habla mucho de Donkey Kong y similares pero este se olvida.
Apenas lo vi dije: «Donkey Kong isometrico». Se ve muy bien pero ¿El control? sinceramente no me va mucho esta clase de juegos por las diagonales. Son un dolor de cabeza.
Al principio se te puede hacer raro, pero poco a poco le vas cogiendo el gusto y te das cuenta de que se controla estupendamente. Pienso que solo es cuestión de acostumbrarse.