Lo mismo que hacemos con las consolas lo vamos a hacer con los ordenadores. Hoy os ofrecemos tres matamarcianos que fueron exclusivos de ordenadores, es decir, nada de recreativas y nada de consolas. Al igual que juegos como Tyrian, Raptor: Call of the Shadows o Agony, estos tres matamarcianos que os presentamos solo disparan en ordenadores, así que vamos a verlos.
Apidya
Vamos con un shoot ‘em up exclusivo del ordenador Amiga. La empresa alemana Kaiko, fuertemente inspirada en el anime japonés, desarrolló este impresionante matamarcianos llamado Apidya. Fue lanzado en 1992 para el ordenador de Commodore y en él controlamos a una avispa de armas tomar.
La trama nos cuenta la historia de siempre. El protagonista se llama Ikuro y es capaz de transformarse en una peligrosa avispa. Resulta que Hexaae, un poderoso hechicero, ha envenenado a Yuri, la esposa de Ikuro, así que toca buscar un antídoto y dar caña al hechicero de marras.
Fuertemente influido por juegos como Gradius, Apidya se presenta como un shoot ‘em up de scroll horizontal. Lo primero que llama la atención del juego, además de su estupenda intro, con unos diseños muy de anime, es su ambientación. Puesto que controlamos a una avispa, es de esperar que nuestros enemigos sean otros insectos o animales de diferentes tipos. Además, todo tiene un aire tétrico, no cuenta con la simpatía de juegos como, por ejemplo, Insector-X.
Nos esperan cinco niveles cargaditos de enemigos. Estos tienen lugar en diferentes escenarios, comenzando por un entorno campestre, un riachuelo lleno de peligrosas criaturas acuáticas, las contaminadas alcantarillas, un entorno robótico muy en la línea de lo visto en R-Type, y una especie de cueva llena de chatarra. En función del nivel de dificultad que escojamos el desarrollo de las fases será más largo o más corto.
En Apidya, nuestra avispa irá evolucionando su armamento recogiendo ítems. Estos nos irán mejorando en términos de velocidad y disparo, un poco como lo que se ve en Gradius. Con esto queremos decir que, en la parte baja de la pantalla, hay una barra similar a la de Gradius, en la que se nos indica qué efecto está teniendo el objeto que hemos cogido. Así, nuestro héroe estará armado hasta los dientes y no habrá quién pueda con él. Además, hacia la mitad del juego más o menos, nuestra avispa irá equipada con una armadura muy chula.
Los gráficos de Apidya son muy buenos. Es un juego que saca jugo del ordenador Amiga, y eso que no cuenta con una versión para el chip AGA, con muy buenos diseños (ojo a los jefes de fin de fase, algunos son tremendos), escenarios impactantes, diferentes planos de scroll y una gran cantidad de enemigos en pantalla. Y por si fuera poco, todo se mueve con fluidez, sin apenas ralentizaciones.
Mención especial al apartado sonoro. Los efectos de sonido no son nada del otro mundo, cumplen sin más, pero la banda sonora es otra historia. La gente de Kaiko hizo un trabajo excelente creando una música variada, contundente y espectacular que queda de lujo. Destacamos el tema «maquinero» del nivel 4, muy en la línea de lo que se llevaba en los 90.
Por supuesto, el control es muy bueno. Nuestra avispa responde perfectamente. Quizá sea un poco sensible, especialmente cuando hemos alcanzado el máximo de velocidad de nuestra «nave», pero en términos generales se juega muy bien. Un botón/tecla para disparar y con eso lo hacemos todo, no necesitamos más. ¡Ah! Y por supuesto contamos con la dificultad puñetera de la que suelen hacer gala este tipo de juegos.
Apidya es tremendo. Un matamarcianos buenísimo a la altura de lo que se espera de un ordenador como es Amiga. Pese a haber sido desarrollado solo por tres personas, no tiene nada que envidiar a lo visto en juegos para arcades o consolas de mucho más presupuesto. Por cierto, como curiosidad, veréis que en el título, además de las letras japonesas figura un número dos con números romanos, pero eso no quiere decir nada, Apidya no es segunda parte de nada, por lo que suponemos que les pareció chulo y así quedó.
Mars Invader
Antes de comenzar con el siguiente juego vamos a ponernos un poco en contexto. Entre 1997 y 2005 se emitía en España uno de esos «late night show» llamado Crónicas Marcianas. Al margen de la dudosa calidad de este programa de televisión, tan casposo como peculiar, en él solían hacer promociones con discos de música o jueguecitos para móviles. Vamos, lo que ahora hacen con las listas de Spotify.
En el año 2000 anunciaban un juego llamado Mars Invader, como el juego de Crónicas Marcianas, que se vendía en plan la experiencia arcade definitiva. Vamos, la panacea, el mejor juego del mercado. Claro está, si no tienes simpatía por el programa no prestas mucha atención y piensas que el juego es basura. Sin embargo, gracias a esas colecciones de juegos que se vendían con el diario El Mundo, Mars Invader volvió a aparecer para mostrar sus bondades.
Y es que, a nivel personal, fue un error perderme esta pequeña joyita para PC. Mars Invader fue creado por Apollo y distribuido en España por FX Interactive. Fuera de España, por lo visto, se conoció como Solaris 1.0.4., pero no tenemos muy claro que se trate del mismo juego porque, aunque el desarrollo es el mismo, las fases son diferentes.
Mars Invader no inventa la rueda, ni lo pretende. Se trata de un matamarcianos de corte muy clásico y scroll lateral que a simple vista puede recordar mucho a Darius. Y nos esperan 14 fases bien repletas de enemigos a los que machacar a tiro limpio, con un desarrollo muy arcade, pero con posibilidad de guardar la partida, algo que quizá haga que la experiencia resulte un poco más fácil de lo normal.
Con gráficos prerrenderizados, Mars Invader es un juego que inmediatamente entra por los ojos. Su desarrollo es espectacular, con efectos de luz bastante logrados y mucho movimiento ante nuestros ojos. Además, se presenta con un formato de pantalla ultrapanorámico que le da un aire muy guay. Lástima la resolución utilizada, que solo es de 640×480 píxeles, algo que ya se quedaba muy escaso para los estándares de la época.
La música es muy cañera, con dinámicos ritmos electrónicos que acompañan de maravilla al desarrollo del juego. Además, los efectos de sonido resultan muy convincentes, con sonidos de explosiones y disparos por doquier, tanto de nuestra nave como de nuestros enemigos. Muy bien en este apartado.
Y como es de esperar, Mars Invader tiene una jugabilidad bien implementada. El control de la nave es todo lo ágil que podemos esperar en este tipo de juegos. Por otro lado, el nivel de dificultad, como hemos dicho antes, puede ser bastante bajo dentro de lo que cabe si jugamos en el modo fácil, pero para los veteranos hay un modo de dificultad más duro que saciará sus ansias de shoot ‘em up infernal.
Por lo demás, en Mars Invader no vamos a encontrar grandes novedades. Tenemos los típicos ítems que mejoran nuestro armamento, pudiendo obtener espectaculares disparos con los que no dejar ningún enemigo con vida. Por cierto, solo usamos una única tecla para disparar que, si dejamos pulsada, lanzará una potente ráfaga de gran poder destructivo.
Lo dicho, Mars Invader es un matamarcianos de tomo y lomo. Un juego que solo busca entretener y contentar a los jugadores de PC, ofreciendo un shoot ‘em up de esos que solo se podían ver en consolas. Buenos gráficos, gran sonido y diversión a tutiplén, no se puede pedir nada más, ¿verdad?
Wings of Death
Dejamos para el final a Wings of Death, un conocido shooter de scroll vertical para los ordenadores Amiga y Atari ST. Fue desarrollado por Thalion y lanzado en 1990 para las bestias de Commodore y Atari, convirtiéndose, especialmente, en uno de los juegos más populares y vendidos en el ordenador Atari ST.
En Wings of Death controlamos al mago Sagyr, que ha sido convertido en una criatura alada por la bruja Xandrilia. Con un poder fuera de toda duda, Sagyr deberá abrirse paso por siete fases de ambientación fantástica, si quiere derrotar a la malvada bruja y volver a convertirse en un ser humano.
Una de las cosas más interesantes del juego es que Sagyr, el protagonista, puede transformarse en diferentes seres voladores. Esto lo iremos mejorando a medida que recolectamos ciertos objetos, pudiendo pasar de un pequeño insecto volador a un invencible dragón, a parte de un águila o un murciélago. Cada uno tiene sus propios ataques y debemos tenerlo en cuenta si queremos llegar a buen puerto en nuestra misión.
Esto de ir cambiando de criatura está muy bien, pero también se convierte en un arma de doble filo. Imaginad que ya somos un dragón y tenemos nuestro poder al máximo, pero de repente aparece un ítem que nos vuelve a transformar en una frágil libélula. Esto significa que hay que andar con los pies de plomo e intentar no tocar el ítem que nos volverá a transformar. Y si lo hacemos, pues paciencia y hacerlo lo mejor que podamos.
Como decíamos hace unos párrafos, este título tiene una ambientación fantástica. Nos moveremos por fortalezas medievales, tupidos bosques o ciudades de cuento, dándole a todo un toque muy particular. Y los enemigos también son fantásticos, haciendo especial hincapié a unos enemigos de fin de fase grandecitos y que nos las harán pasar canutas.
En general, podemos decir que el apartado gráfico de Wings of Death es bueno. Le falta la fluidez de los grandes arcades, pero hay que reconocer que en 1990, crear un juego de estas características en un ordenador de 16bit no era tarea fácil. Y más teniendo en cuenta que equipos, como el Atari ST, no eran muy buenos con el scroll, pero a pesar de todo da el tipo y se mueve con toda la fluidez posible. Eso sí, es toda una proeza si tenemos en cuenta que el número de enemigos en pantalla es simplemente bestial, y tanto Amiga como Atari ST lo mueven sin problemas. Thalion siempre es garantía de graficazos.
Con el sonido también hay que hacer mucho énfasis. Los efectos de sonido no están nada mal, y más si tenemos en cuenta que cuentan con un buen grueso de voces digitalizadas cada vez que cogemos un objeto. La música, en Amiga, nada que objetar, muy bien, pero es que en Atari ST tiene mucho más mérito teniendo en cuenta el chip de sonido del ordenador. Las melodías son fabulosas y tiene efectos digitales que no suelen tener otros juegos. Y lo que también es meritorio es que efectos de sonido y música van de la mano, no es necesario escoger.
Como los otros dos juegos que conforman este artículo, una sola tecla o botón es suficiente para disparar en este espectacular matamarcianos. Wings of Death nos ofrece una experiencia buenísima, todo lo frenética posible y con un buen grado de dificultad y unas cotas de diversión altísimas. Vamos, no se le podía pedir más a un shoot ‘em up de 1990 para ordenadores de 16bit.
Wings of Death es oro puro. Un juegazo que tuvo muchísimo éxito, especialmente en Atari ST, y que propició la aparición de una secuela llamada Lethal Xcess. Su genial ambientación y lo conseguido por Thalion a nivel técnico, especialmente, reiteramos, en Atari ST, son garantía de calidad. En serio, probadlo, es sin duda de lo mejor del género para ordenadores.
El Mars Invader es asombroso. No parece un juego del 2000.
A mi personalmente me gusta mucho, de hecho tengo la edición de El Mundo que comento en el artículo.
Lo del año es un poco confuso y creo que es del año 2000 por lo que he podido investigar, pero en otros sitios se habla de 2002. No lo sé Rick.
Recuerdo maravillosamente el Apidya, es un juegazo muy muy original. Hace unos años salió una especie de sucesor espiritual que se llamaba Beekyr o algo así.
Los otros dos no los conozco, pero ese Mars invader me ha dejado muy loco.
Curioso, no conocía Beekyr, lo acabo de buscar y no tiene mala pinta, pero Apidya es mucho Apidya. Mars Invader mola mucho.