El arte de darse mamporros contra otra persona es algo que llevamos siglos haciéndolo, prácticamente desde el inicio de nuestra existencia, y claro está, en los videojuegos esto no iba a ser una exepción. Allá por el año 1979, una compañía de videojuegos llamada Vectorbeam, decidió lanzar al mercado de las máquinas recreativas un juego llamado simplemente Warrior, algo rudimentario en el que dos espadachines vistos desde arriba se repartían estopa en un título que necesitaba mucha imaginación para darse cuenta de que ahí había un combate. No vamos a ser crueles con Warrior porque está considerado el primer videojuego de lucha de toda la historia.
Años más tarde fueron surgiendo cosas más definidas como Yie Ar Kung-Fu o The Way of the Exploding Fist, juegos con los que ya no necesitábamos tanta imaginación porque ahí sí que efectivamente veíamos a dos tíos peleándose.
Nosotros nos vamos a unos años más tarde. Concretamente hasta 1987, año en el que una compañía japonesa llamada Capcom creó un videojuego de lucha que daría pie al auge y proliferación de este género en los salones recreativos y en nuestros hogares.
A principios de los noventa yo era un chavalote que dejaba sus cuartos en los recreativos. En la pequeña localidad dónde resido había un salón recreativo que tenía algo: un juego de lucha brutal en el que unos personajes enormes, bien definidos y con unos movimientos realistas se daban tortazos sin parar en medio de unos escenarios realmente coloridos e incluso animados. Sí señores, se trataba de Street Fighter II, la revolución de los juegos de lucha.
Claro, si ese juego era Street Fighter II, por supuesto que tendría que existir una primera parte, y así era. Al fondo del salón recreativo había otro Street Fighter al que no se acercaba mucha gente y, cuando introduje mi moneda de 25 pesetas y pulsé el botón de start descubrí el porqué. Aquí comienza el viaje de Ryu por todo el mundo, aquí comienza Street Fighter…
STREET FIGHTER
- Compañía: Capcom
- Año: 1987
- Género: Lucha
- Plataformas: Amiga, Amstrad CPC, Arcade, Atari ST, Commodore 64, PC, Spectrum, Turbo CD (llamado Fighting Street)
Efectivamente, es Street Fighter, el llamado a la gloria, el rey de la lucha, el… ¿pero esto qué es? ¡No se parece en nada a la otra recreativa! Y claro que así era. Aquello tenía poco que ver con el otro arcade al que jugaba todo el mundo.
Bueno, dejaremos las batallitas del abuelo Cebolleta para otro momento y nos vamos a centrar en el juego. El argumento nos cuenta que un luchador llamado Ryu recorre el mundo en busca de otros luchadores para medir fuerzas. Con esta premisa nos embarcamos en un viaje por Estados Unidos, China, Inglaterra, Japón y Tailandia hasta llegar a enfretarnos a un tal Sagat, el campeón del mundo y al que debemos derrotar si queremos llegar a ser un Street Fighter.
Durante nuestro difícil camino nos vamos dando cuenta de que Street Fighter no es lo que pensábamos. Para empezar el sistema de control, con 6 botones, tres para puñetazos y otros tres para patadas, es un auténtico engorro sin ninguna precisión que le facilita mucho las cosas a nuestros enemigos, ya que no hay manera de dar una patada o un puñetazo en el momento justo, por no hablar de las técnicas especiales (las bolas de energía y todo eso), que es imposible que salgan a la primera.
Una pena, la verdad, porque el juego cuenta con unos gráficos muy majos, una opción para dos jugadores (el segundo jugador asume el papel de Ken, amigo de Ryu y su compañero de entrenamiento), unos luchadores grandotes y variados e incluso las primeras fases de bonus (partir ladrillos, en general). Pero bueno, lo que cuenta realmente es que este fue el primer juego de esta gran saga y que le mostró a Capcom el camino a seguir en futuras entregas, un camino hacia el trono de la lucha y que Capcom supo seguir muy bien.
A pesar de todos los incovenientes, el juego tuvo cierto éxito y se hicieron conversiones para los ordenadores de la época, aunque estas conversiones son muy malas. Se pueden destacar las versiones de Amiga y Atari ST porque gráficamente son bastante decentes y se asemejan a la recreativa original, porque el resto… ¡buf! No hay ninguna que se salve de la quema.
En cuanto a las consolas, fue la unidad de CD de la TurboGrafx de NEC quien tuvo el placer de tener este juego, aunque se llamó Fighting Street no sé porqué. La cuestión es que esta es con diferencia la mejor versión casera del juego que podemos encontrar y que, además, cuenta con una banda sonora mejorada gracias al CD.
Hasta aquí la primera parte de este artículo sobre Street Fighter. En el próximo hablaremos de la segunda e increíble parte y del comienzo del gusto por Capcom de lanzar reediciones del mismo juego.
