- Compañía: Sega
- Año: 1991
- Género: Beat ‘Em Up
- Plataforma: Arcade
Creo que a estas alturas todos conocemos a Spider-Man, uno de los más potentes superhéroes de «la casa de las ideas», es decir, de la mundialmente conocida Marvel. Lo que a lo mejor hay alguno que no sepa que en 1991 el «hombre araña» protagonizó un estupendo arcade de la mano de Sega del que hoy tenemos el gusto de hablar.
Spider-Man: The Video Game es uno de esos maravillosos pegatortas de desarrollo lateral que tanto éxito tuvieron en su momento. Y Spider-Man no está solo, ya que lo acompañan Ojo de Halcón, Gata Negra y Namor. Estos cuatro personajes seleccionables nos ofrecen la posibilidad de hasta cuatro jugadores simultáneos, por lo que estamos ante uno de esos juegos cuyas partidas en modo cooperativo pueden resultar épicas.
Ya metidos en faena tenemos que destacar que en Spider-Man no hay un argumento definido. Suponemos que es lo de siempre, es decir, que tenemos a un grupo de malos malosos que quieren sembrar el caos y esas cosas. Detrás de todo esto tenemos al genial Doctor Doom, al mítico Venom y al poderoso Kingpin, además de otros enemigos muy reconocibles de nuestro trepamuros favorito.
Empezamos la partida e independientemente del héroe que escojamos iremos viendo que estamos ante el típico brawler. Con dos botones hacemos todo, es decir, que usaremos uno para atacar y otro para saltar.
Ejecutaremos las típicas técnicas como agarrones, patadas voladoras y ataques desesperados de esos que nos quitarán una pequeña fracción de energía. Además, si pulsamos el botón de ataque mientras saltamos y en el momento preciso, ejecutaremos otra poderosa técnica voladora que cambia en función de cada personaje.
Sobre el control cada personaje se controla de la misma manera. Cambia un poco que Namor sea más fuerte y lento y que Gata Negra sea más débil y rápida. Spider-Man y Ojo de Halcón están más equilibrados, pero estas diferencias apenas se notan y de lo único que nos tenemos que preocupar es de cuál de los cuatro personajes nos gusta más.
Seguimos avanzando y nos damos cuenta de que Spider-Man es mucho más original de lo que aparenta. Tras zurrar a Venom en nuestro primer enfrentamiento, el juego cambia de forma radical y se produce un efecto zoom que transforma el juego en un título de plataformas, cambiando por completo el enfoque del juego.
Estas secciones de plataformas se encuentran más o menos sobre la mitad de cada nivel del juego. En ellas usaremos el botón de ataque a modo de disparo (cada personaje tiene uno distinto) y saltaremos por las diferentes secciones, además de trepar por el techo o las paredes para esquivar ciertos peligros.
Cambiando de tema hay otros puntos a tener en cuenta. Uno de ellos es la energía de nuestro personaje, que es un contador numérico, muy en la línea de otros juegos como Captain America and the Avengers. Podremos ganar salud gracias a ciertos objetos que encontraremos en nuestro camino, pero únicamente disponemos de una vida por moneda, por lo que al llegar el contador a cero se acabó lo que se daba.
Los objetos que nuestro personaje podrá recoger se reducen a los botiquines que aumentan su salud. Estos se encuentran generalmente en las fases de plataformas, pero también estarán escondidos dentro de los típicos objetos rompibles.
Y no debejos olvidad la dificultad de Spider-Man, que es bastante alta. Incluso puede resultar desquiciante en algunos momentos, especialmente cuando tenemos muchos enemigos dándonos la turra por todas partes.
Pasando ya al apartado técnico cabe destacar que estamos ante un juego con un nivel gráfico muy alto. Como decíamos este título goza de una ambientación de cómic de los 90 que le queda como anillo al dedo. Gran colorido, personajes perfectamente realizados y bien definidos, efectos especiales como zoom y llamas y otras virguerías «made in Sega».
Los personajes es lo que mejor está realizado del juego. Si bien no hay mucha variedad de enemigos menores, si existe variedad entre los jefes de fin de fase, que son muchos y muy reconocibles. A los mencionados al principio hay que sumar clásicos enemigos de Spider-Man como el Duende Verde, Electro o Sandman por citar algunos. La selección es bastante amplia.
Otro guiño molón son los bocadillos que salen de la boca de cada personaje, igual que en los cómics. Ese toque macarra de los 90 está presente, con frases como «buenas noches» o «dulces sueños» cada vez que zurramos al personal. Amén de esas onomatopeyas típicas de Marvel, que son geniales.
En cuanto al sonido Spider-Man también se sitúa a un buen nivel. Melodías cañeras y buenos efectos sonoros, con voces digitalizadas y golpes contundentes.
Por último, a nivel jugable, tiene un control sencillo y efectivo, como todos los juegos de este tipo. Peca un poco de repetitivo, pero el plus de las fases de plataformas se agradece. Lo que no se agradece tanto es la dificultad que, como ya dijimos, puede resultar desesperante en algunos momentos.
Spider-Man: The Video Game no tuvo ninguna presencia en el mercado doméstico. Esto puede ser debido a que el juego no gozó del éxito que tuvieron otros títulos del género en su época, y quizá eso le pasó factura. A cambio tuvimos Spider-Man vs. The Kingpin para todas las consolas Sega del momento y que, en mi opinión, no está ni de coña a la altura de este arcade.
La verdad es que en este título se nota bastante dedicación y mimo por parte de Sega. No tuvo el éxito esperado, pero es un juego divertido, muy bueno a nivel técnico y jugable que invita a jugar partida tras partida. Seguro que en su momento nuestro vecino y amigo Spider-Man estaría orgulloso de aparecer en un juego así.
