El año 1994 está grabado a fuego por los seguidores del Commodore Amiga. Ese fatídico año, Commodore se declaraba en quiebra y Jay Miner, creador del ordenador, fallecía. A pesar de todo, muchas compañías se resistían a abandonarlo y los lanzamientos se seguían produciendo. Ruff ‘n’ Tumble, nuestra joya de hoy, es un buen ejemplo de lo que decimos.
Hablamos de un arcade de acción y plataformas, vamos, un «run and gun», exclusivo de Amiga y que, como decimos, apareció en 1994. Fue creado por Wunderkind, compañía que, al parecer, solo hizo este título. Eso sí, Wunderkind contó con el apoyo de Renegade, empresa detrás de éxitos como The Chaos Engine, Gods o Sensible Soccer.
En Ruff ‘n’ Tumble controlamos a Ruff Rogers, un muchachote que juega a las canicas. Una de sus canicas rueda hacia una misteriosa conejera y, al seguirla, es transportado a un mundo de fantasía. Allí, Ruff tendrá que hacer frente al Doctor Destiny y a su ejército de robots.
Todo esto tendrá lugar a lo largo de cuatro escenarios. Cada uno de ellos estará compuesto por cuatro fases, siendo la última el enfrentamiento contra el temido jefe de fin de fase. En ellas, Ruff tendrá que disparar a todo lo que se mueva e ir cogiendo canicas de cuatro colores diferentes. Al recoger el número de canicas necesario se abrirá una puerta que debemos buscar para pasar al siguiente nivel.
Las fases por las que nos movemos por Ruff ‘n’ Tumble tienen también cuatro ambientaciones diferentes. Viajaremos a un tupido bosque, a una misteriosa mina subterránea, a una especie de fábrica futurista en la que se construyen los robots y, por último, una fortaleza en la que nos espera el Doctor Destiny para recibir lo suyo.
Como decimos, Ruff ‘n’ Tumble es un «run and gun» en el que nuestro protagonista tendrá que saltar por las diferentes secciones plataformeras, pero también disparar de forma casi constante. De hecho, Ruff cuenta con un medidor de potencia de fuego que nos otorga un disparo automático de forma limitada. Si queremos recuperar potencia, debemos dejar de disparar, algo poco probable debido al frenético desarrollo del juego.
Nuestro armamento se puede potenciar. Tenemos un disparo principal e ilimitado que lanza varias ráfagas, pero también podemos contar con un lanzallamas o un disparo láser. Además, nuestra tarea puede ser más sencilla (poco más, que conste) gracias a los diferentes objetos que podemos recoger. A los típicos ítems que nos dan puntos se une energía y vidas extra, así como un objeto que elimina a todos los enemigos en pantalla.
Hablando de enemigos, en Ruff ‘n’ Tumble haremos frente a un ejército de robots pequeños y simpáticos, pero muy puñeteros. Estos tienen un aspecto distinto en cada uno de los cuatro mundos del juego, acorde con la ambientación del mismo. Los hay terrestres y voladores, pero todos son igual de pelmazos. Mención especial a los jefes de fin de fase, que son bastante duros de roer.
El juego se controla bastante bien, pero tiene algún que otro problema. Sí, el sistema de control es muy sencillo, con su tecla para disparar y otras tantas para movernos, saltar y agacharnos, no hay nada más. El problema es que hay veces que el número de enemigos en pantalla es alto, haciendo que el control se resienta bastante a causa de alguna que otra ralentización. Además, la alta dificultad del juego no ayuda mucho. Aún así, cuando le cogemos el truco, disfrutaremos mucho machacando robots.
Lo que sí es una maravilla en Ruff ‘n’ Tumble es su apartado gráfico. Es impresionante el trabajo que Wunderkind hizo para mostrar tanto colorido en ordenadores como el famosísimo Amiga 500. Esto es porque el juego corre en equipos con los chips gráficos OCS y ECS, por lo que no necesitaremos un Amiga 1200 con el chip AGA que proporcionaba mucho más colorido. Para más información sobre los chips de Amiga os invitamos a ver el artículo que le dedicamos.
Los decorados no están nada mal y son muy detallados, y el diseño de personajes destila amor por todas partes. Además, Ruff tiene unas animaciones estupendas. Quizá un poquito más de velocidad le hubiera venido muy bien, pero el conjunto gráfico en general es para quitarse el sombrero.
Una banda sonora cañera, con melodías bastante rockeras nos acompañará durante la acción. Por otro lado, los efectos sonoros son más que correctos y están compuestos por disparos, explosiones y sonidos metálicos por doquier. Un apartado sonoro más que notable.
Concluimos esta reseña diciendo que Ruff ‘n’ Tumble es una joyita muy a tener en cuenta dentro del catálogo de Amiga. A pesar de haber salido en los últimos días del ordenador, se corona como un arcade de primer nivel, bestial a nivel gráfico y muy entretenido, siempre y cuando tengamos en cuenta alguna que otra carencia y su altísimo nivel de dificultad. Lo dicho, una maravilla para amantes de los juegos de disparos plataformeros.
Tiene una pinta estupenda, con esos gráficos tan propios del Amiga. Aunque es durillo, por lo que veo es muy disfrutable. Parece ser de esos juegos que te «pican».
Sí que pica, ja, ja, ja. Pero, efectivamente, es difícil. Se me olvidó comentar que el juego tiene un sistema de passwords que nos pueden hacer la vida más fácil. Eso sí, bonito es un rato.
Buenísimo juego. Que a diferencia de otros muchos de Amiga además de bonito, es jugable.
Cuánta razón tienes. Bonito y jugable, no se puede pedir más.