Parece mentira, pero ya han pasado 40 añazos desde la fundación de la mítica Dinamic Software. Sus miembros ya lo celebraron hace algunas semanas, y nosotros lo haremos recordando uno de sus juegos más queridos: Capitán Sevilla. Acompañadnos en este viaje lleno de superhéroes, villanos y, sobre todo, morcillas.
Capitán Sevilla fue desarrollado por la empresa Hi-Score, ejerciendo Dinamic el papel de distribuidora. Apareció en 1988 para los ordenadores ZX Spectrum, Amstrad CPC y MSX, distribuyéndose también fuera de España bajo el nombre de Captain S, siendo Reino Unido o Italia algunos de los países en los que se disfrutó de esta joya de la llamada «edad de oro del software español».
Mariano López, un camionero que transporta embutidos, inexplicablemente se ve en medio de una explosión nuclear. Su camión es destruido y su cargamento está esparcido por toda la carretera, pero Mariano se despierta con hambre, mucha hambre. Decide comerse una de sus morcillas, que están afectadas por la radiación, y entonces se produce el milagro.
Nuestro amigo se transforma. Es más alto, más musculoso, más fuerte y, especialmente, más guapo. Ahora Mariano es el Capitán Sevilla, el superhéroe español definitivo, quién tendrá que detener los planes del malvado profesor Torrebruno. Desde Congrio, un planetoide, Torrebruno quiere destruir el mundo y para ello utilizará a unos mutantes de su creación, además de un poderoso rayo. El drama está servido.
Estamos delante de un arcade de acción y plataformas con dos fases bien diferenciadas. Ya sabéis, es el típico título para ordenadores con dos cargas separadas por un password. En la primera nos moveremos por la ciudad, buscando la plataforma de lanzamiento que nos llevará al escondite de Torrebruno. La segunda tiene lugar en el espacio, en Congrio para ser exactos, y allí intentaremos dar caza al chiflado de Torrebruno.
Al comenzar la aventura, nuestro héroe tendrá el aspecto del bueno de Mariano. Al comernos la primera morcilla nos convertiremos en el Capitán Sevilla y ya la cosa pintará de otra manera. Nuestra barra de energía aguantará muchos golpes, podremos volar y lanzaremos morcillas al personal.
Pero no todo se limita a volar y lanzar morcillas. También contamos con un poderoso soplido que empujará a nuestros enemigos, un tipo de salto más poderoso y una defensa que nos volverá invulnerables durante unos segundos.
Y más nos vale cuidar de nuestro amigo. Si la energía se acaba, volveremos a ser Mariano, y el pobre Mariano no es ningún héroe de acción que digamos. El truco está en ir consumiendo las morcillas que encontraremos diseminadas por los escenarios, así repondremos fuerzas y seremos los más duros del barrio.
Nuestro periplo tendrá lugar en escenarios sin scroll, con pantallas fijas, algo que era norma de la casa en este tipo de desarrollos. Recorreremos la ciudad y viajaremos hasta las afueras en busca de la forma de llegar a la base de Torrebruno, atravesando entre medias una obra muy peligrosa. En esta primera parte hay varios enemigos, como un forzudo, elefantes voladores y algún que otro maleante. Además, habrá objetos que debemos esquivar.
Para la segunda parte, como hemos dicho antes, viajaremos al espacio, y la ambientación cambiará por completo. Allí nos enfrentaremos a robots, engendros voladores y mutantes de todo tipo que nos pondrán las cosas muy difíciles. Todo tendrá lugar en la base del profesor, por la que nos moveremos y llegaremos al rayo de la muerte que Torrebruno tiene preparado. Por cierto, en el manual del juego vienen los nombres de los enemigos, y son realmente divertidos.
Vamos con la jugabilidad. El amigo Mariano se controla fácilmente, con una única tecla de acción. Con ella disparemos y ejecutaremos otras acciones como los poderes extra, que vendrán especificados en un recuadro dentro del marcador del juego. Ahí también tendremos la energía y las vidas que nos quedan. Podremos saltar y movernos, en general, con agilidad a lo largo de todos los escenarios.
En Capitán Sevilla el humor lo impregna todo, también en su apartado técnico. El diseño de personajes y enemigos es muy simpático y en general todo se mueve más que bien, especialmente en la versión para ZX Spectrum, la más jugable de todas.
Como pega, diremos que puede resultar bastante confuso debido a la cantidad de detalle en pantalla, cosa que se nota en el juego de Spectrum que, al no contar con color, cuesta a veces distinguir lo que pasa en pantalla. En Amstrad CPC todo es más colorido, pero eso también puede ser un arma de doble filo en algunos casos por el mismo motivo que la versión para el ZX Spectrum.
Del sonido poco o nada podemos decir al ser el apartado menos cuidado. Hay una musiquilla en el menú principal y efectos de sonido muy discretitos durante la partida. Y ya, no podemos decir nada más.
Por otra parte, Capitán Sevilla es un juego corto pero difícil. Nos costará un poco hacernos con el control, pero una vez que le hayamos cogido el truco es muy disfrutable. Una de las claves está en saber dónde coger morcillas y distribuirlas bien si no queremos morder el polvo en nuestra aventura. Hay que jugar mucho y memorizar cada aspecto si queremos tener éxito ante el profesor Torrebruno.
Como decimos, la versión para Amstrad CPC es muy colorida, sin embargo es menos rápida que la de ZX Spectrum, por eso nos quedamos con el juego para el ordenador de Sinclair, ya que se juega mucho mejor. Por último está el port para MSX, pero no hemos conseguido emularlo, así que solo os diremos que se basa en el de Spectrum, como siempre.
Como curiosidad, os diremos que la idea inicial era llamar al juego Capitán Morcilla, pero se cambió a Capitán Sevilla por ciertos temas comerciales. De hecho, existe un documental llamado ¡No nos gusta Capitán Morcilla! que, si no nos equivocamos, está disponible actualmente en Netflix, aunque tiempo atrás también estuvo en Amazon Prime Video. Otro tema curioso es que se llegó a distribuir con un descacharrante cómic con el que descubríamos más cosas sobre este simpático personaje.
Sin duda alguna, Capitán Sevilla es uno de los juegos más queridos del software patrio. Un juego de acción y plataformas con una estética muy comiquera, grandes dosis de humor y un desafío solo para los más pacientes. No sé a vosotros, pero de pronto tenemos ganas de unas tapitas de morcilla. ¡A lo mejor nos dan poderes y todo!
Precisamente, me cuesta mucho distinguir al personaje del fondo en la versión ZX Spectrum.
Debía ser bastante interesante ese comic. XD
Sí, es un poco confuso pero se juega bien. No he tenido el placer de leer el cómic pero tiene pinta de ser muy cachondo a tenor de lo que he visto por Internet.