La explosión de los shooters en primera persona de mediados de los 90 propició la aparición de grandes exponentes. Doom fue el más popular, por lo que a partir de sus mecánicas fueron surgiendo una buena legión de clones. Island Peril, el «bluff» que hoy nos ocupa, es un ejemplo, pero un muy mal ejemplo.
El asunto gira en torno a un tipo llamado Dick Danger. Samantha Smith, la «churri» del señor Danger, es secuestrada por un villano conocido como Evil Boss. Este elemento, que se ha pasado unos cuantos años en prisión por culpa del amigo Dick, se ha llevado a la pobre Samantha a una isla plagada de peligros y reta a Dick Danger a ir a buscarla.
Y algo así es el argumento que se nos cuenta en la intro de Island Peril, un FPS para PC que tuvo la desfachatez de ser lanzado al mercado en 1995. Fue producido por la empresa Atlantean Interactive y creado por Electric Fantasies y, por lo que vemos, fue su único juego.
Hechas las presentaciones vamos al lío. Lo primero que llama la atención es una intro realizada con escenas de vídeo compuestas por actores reales, por supuesto, todo con muy bajo presupuesto. Ya sabéis que este tipo de escenas suelen contar con actores de telefilmes o de cierto entretenimiento para adultos. Este asunto ya empieza a oler mal.
Tras deleitarnos con los menús y ver que ni podemos configurar los controles, pasamos a la acción. ¿Y qué nos encontramos? Píxels, muchos píxels de colores chillones pululando por doquier. Podríamos incluso decir que estamos ante uno de los apartados artísticos más cutres de los videojuegos, llegando incluso a alcanzar el mal gusto.
Pero bueno, vamos a perdonárselo, por el momento, ya sabemos que Island Peril no es ningún «triple A» ni lo pretende. El caso es que el juego resulte divertido y jugable, ¿verdad? Pues lamentamos deciros que no. De esto tiene la culpa un sistema de control lento y engorroso que arruina muchísimo la experiencia.
Ya hemos dicho que no se pueden configurar los controles y eso es un problema. Esto es porque a alguien se le ocurrió que era bueno usar la tecla control izquierda para saltar en lugar de para disparar. Resulta que se dispara con el control derecho, o con el botón del ratón. Por cierto, ni intentéis jugar con ratón, estáis avisados.
Luego hay otro problema, y es la lentitud en la que nos damos la vuelta. Es algo verdaderamente desesperante. No se puede tolerar algo así en un FPS, más si tenemos en cuenta que si ejecutamos mal este tipo de movimientos nos puede costar la vida. Se ve que Dick Danger no tiene ningún interés en rescatar a Samantha, más bien lo que pretende es morir.
En fin, sigamos. Tras horrorizarnos con el terrible control nos encontramos con una alarmante falta de enemigos. Estos se repiten hasta la saciedad y se componen básicamente de tipejos con pistolas y «Pepitos Piscinas» en bañador. Más adelante veremos cosas como indígenas que lanzan fuego o monstruosas cabezas.
Para rizar el rizo Island Peril tiene un diseño de niveles terrible. Sigue el típico esquema de coger una llave y abrir puertas, vamos, lo normal en cualquier FPS de la época pero mal, muy mal. Los escenarios son bastante laberínticos y a veces nos podemos sentir desorientados, ya que los escenarios de repiten, dando la sensación de dar vueltas como pollos sin cabeza.
Por si fuera poco el juego nos permite guardar la partida en cualquier momento, pero es que no funciona. No sabemos si es cosa de la ejecución del juego en DOSBox y si el original también tenía este problema, pero el caso es que cada partida guardada nos manda de vuelta al inicio del juego. En fin, un desastre con mayúsculas.
Sobre los gráficos poco más podemos añadir. La resolución es bajísima, dando la sensación de que nos enfrentamos a verdaderos amasijos de píxeles. Del apartado artísico, la infame paleta de colores y el diseño de los niveles es mejor no seguir hablando. Por favor, juzgad vosotros mismos por las imágenes.
El sonido se compone de música MIDI bastante pobretona que pasa muy desapercibida. Luego están los efectos sonoros, con sonidos digitalizados bastante chapuceros. De los gruñidos y las risas de los enemigos ya ni hablamos.
Pero lo que es verdaderamente imperdonable en Island Peril es el control. No poder configurar las teclas a nuestro gusto es de juzgado de guardia. De verdad, habría que arrestar a sus creadores por implementar el mapeo de teclas con el trasero. Y luego está la lentitud, algo que dificulta innecesariamente el juego y que nos hará abandonarlo a las primeras de cambio. En serio, es algo que resulta atroz.
No tenemos ninguna duda en decir que Island Peril es uno de los peores FPS a los que hemos jugado. Un desastre de proporciones épicas en todos los sentidos. Si os causa curiosidad huid, huid bien lejos, hay opciones desconocidas mucho más atractivas que esto.
¡Gracias por la advertencia!
Sé lo que se siente analizar juegos truños. Lo hago también en mi canal, y es una tortura, pero uno lo hace por el bien de tus lectores y suscriptores. XD
Te voy a reconocer un secreto: me encanta probar juegos malos. Los videojuegos que son buenos, ya sabes que son buenos, juegas, alucinas y te lo pasas genial con ellos, pero con los malos siempre tienes esa cosilla dentro que te dice «venga, va, no puede ser tan malo», y eso te empuja a darle una buena probadita.