¡Cómo avanza la tecnología! Que si con un teléfono somos capaces de tener todo a nuestro alcance (y ya si lo combinamos con un reloj, la repera), que si la realidad virtual vuelve a estar de moda (¡y de qué manera!), que si los videojuegos cada vez son más cercanos a la realidad… En fin, que hace unos años cosas así eran impensables. Tampoco nos podemos olvidar de las consolas, esos cacharros que iban marcándonos la pauta a seguir en cuanto a tecnología de entretenimiento se refiere (ya nos olvidaremos de las máquinas recreativas).
¿Cómo está ahora el panorama de los videojuegos? Con salud, vale, como debe ser, con consolas potentes que nos ofrecen mejores gráficos y mejores experiencias, con una PlayStation 4 que vende como churros, una Xbox One que lo está haciendo de lujo y una Wii U que comienza a venderse de manera más que decente. Vamos a dejar de lado el PC, las consolas portátiles y los smartphones para centrarnos en esta nueva generación de consolas, ya que casi siempre han sido las consolas de sobremesa las que han destacado a la hora de mostrarnos nuevas tecnologías (aunque al poco tiempo el PC las deje prácticamente obsoletas, pero bueno, eso ya es otro tema).
Wii U fue la primera consola de esta generación. Quiso conseguir el arrollador éxito de la primera Wii, que destacó especialmente gracias a su innovador sistema de control, lo que hizo que muchos jugadores que nunca habían tocado un pad se decidieran a dar el salto a las consolas. El caso es que Wii U en principio nos ofrecía una tecnología más modesta, similar a lo que ha habíamos visto en PlayStation 3 y Xbox 360, pero ligeramente superior, sin embargo, en Nintendo siempre se han centrado más en la experiencia de juego que en la tecnología (o eso dicen ahora porque recordemos que en el pasado no fue así con Super Nintendo y Nintendo 64 especialmente). Vamos, que Wii U va salvándose gracias a sus juegos exclusivos (mediante terceras compañías ni caso) y este pasado 2014 apareció un buen puñado de títulos que la hicieron mucho más atractiva (Bayonetta 2, Mario Kart 7, Donkey Kong Country: Tropical Freeze, etc.), así que parece que Wii U no lo está haciendo tan mal después de todo, ¿verdad?
¿Qué ocurre con PlayStation 4 y Xbox One? Son dos máquinas de, supuestamente, alta tecnología especializada en videojuegos. Han corrido ríos de tinta criticando la incapacidad de los desarrolladores para ir exprimiéndolas y conseguir esos ansiados 1080p a 60fps, porque hasta ahora lo que nos han mostrado es la mitad de resolución a máxima velocidad o esos 1080p a la mitad de fotogramas, algo que parece molestar a muchos jugadores y que al parecer no influye demasiado a la hora de vender las consolas. Pero bueno, el tema no es este, el tema se centra en los juegos que hemos visto hasta ahora.
PlayStation 3 y Xbox 360 siguen gozando de buena salud y, aunque con el tiempo se vayan desinflando cada vez más, actualmente mantienen el tipo y muchos de los juegos que aparecen para sus hermanas mayores también lo hacen para estas dos. Y ahí está un poco el problema, que los lanzamientos que aparecen para PlayStation 4 o Xbox One son ports superiores de juegos de la pasada generación con algún que otro retoque gráfico, algún aliciente extra y poco más. Y si seguimos dejando esto de lado, nos encontramos con que los lanzamientos exclusivos para Xbox One y PlayStation 4 se pueden contar con los dedos de las manos y no son lo que en principio nos prometieron.
¿Ejemplos? Ryse: Son of Rome para Xbox One y The Order: 1886 para PlayStation 4. Son dos bestias gráficas, eso no lo vamos a discutir, pero en el apartado jugable nos encontramos con mecánicas trilladas y escasa duración. Son dos juegos que se anunciaron a bombo y platillo y que nos hacían salivar de lo lindo al ver sus vídeos y sus capturas de pantalla. Ryse: Son of Rome fue uno de los primeros lanzamientos de Xbox One, así que por eso vamos a perdonar la inexperiencia de los programadores con una nueva consola, pero The Order: 1886 ha salido al mercado hace bien poco y PlayStation 4 lleva con nosotros unos añitos. Por lo demás, salvo estos dos juegos, son muy pocas las potentes exclusivas para estas consolas. Forza Motorsport 5 y Forza Horizon 2 (aunque este último también haya salido en Xbox 360) son ejemplos muy buenos de los que nos puede ofrecer Xbox One y, en el caso de PlayStation 4, tenemos Killzone: Shadow Fall o de forma más decepcionante Driveclub, y es que tiene mucho delito que el mejor juego para PlayStation 4 sea The Las of Us Remastered, un remake de uno de los mejores juegos para PlayStation 3.
¿El resto del catálogo de estos dos maquinones? Más refritos de juegos de la pasada generación (DmC: Devil May Cry – Definitive Edition es uno de los últimos juegos de este tipo), una buena colección de juegos «indies» para descargar y juegos multiplataforma, pero muy pocos juegos exclusivos que aprovechen el verdadero potencial de estos sistemas. Este 2015 puede presentarse prometedor en cuanto a exclusividades y juegos diseñados especialmente para PlayStation 4 y Xbox One, pero veremos en que acaba todo.
En mi opinión hay que tener paciencia, pues las desarrolladoras cada vez invierten más tiempo y dinero en sus juegos y los resultados pueden ser más o menos decentes, depende de cada lanzamiento y de la pericia de las compañías, pero lo que está claro es que este 2015 podremos disfrutar de Batman: Arkham Knight, Uncharted 4: El Desenlace del Ladrón, Halo 5: Guardians, Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, Project CARS, The Witcher 3: Wild Hunt o Bloodborne entre otros. Los comienzos son siempre duros y seguro que tanto Xbox One como PlayStation 4 sabrán estar a la altura, eso seguro.