- Compañía: Data East
- Año: 1988
- Género: Beat ‘Em Up
- Plataformas: Amiga, Amstrad CPC, Apple II, Arcade, Atari ST, Commodore 64, MSX, Nintendo NES, PC, Spectrum
Sí bueno, es cierto que este tipo de juegos son casi siempre iguales. Que si vamos repartiendo leches por las calles a todo lo que se mueva, que si tenemos que rescatar a la guapa de turno que tiene secuestrada un tipejo horrible, etc. Pues sí, Bad Dudes vs. Dragon Ninja es otro juego de esos. Lo único que aquí tenemos a nuestra disposición dos planos para movernos (arriba y abajo, en plan Shinobi y eso) y que esta vez tenemos que rescatar al mismísimo presidente de los Estados Unidos.
Efectivamente, Bad Dudes vs. Dragon Ninja nos cuenta que una banda de ninjas a sueldo conocida como los Dragon Ninja han secuestrado al presidente que, por cierto, se parece bastante a Ronald Reagan (de hecho se hace llamar Ronnie). Para ello el gobierno reclutan a dos tipos duros llamados Blade y Striker (con esos nombres, cualquiera se mete con ellos), muy duchos en todo tipo de artes marciales y manejo de armas varias. Así que ahora lo que toca es partirnos la cara contra todo tipo de indeseables ninjas y, por supuesto, sus temidos jefes de fin de fase. Y todo para rescatar al «presi» que, si hubiese el que tenemos por aquí, mejor que se quedara con los ninjas, a ver si le inculcan «buenos modales». 🙂
Bueno, vamos al grano. Como decimos, Bad Dudes vs. Dragon Ninja es otro pegatortas de esos buenos, bonitos y divertidos. Nos desplazamos lateralmente por un mapeado fijo con la posibilidad de cambiar de plano, ya sea arriba o abajo, a lo largo de 6 niveles petados de acción de la buena. Iremos deshaciéndonos de todo tipo de esbirros ninja hasta llegar al temido enemigo de fin de fase que, como viene siendo habitual en estos juegos, se trata de un mastuerzo hermosote y con muy mala leche que nos pondrá las cosas más difíciles todavía. Podemos dar puñetazos y patadas, saltar y dar un mega puñetazo con fuego y todo para deshacernos de varios enemigos en un pliqui. También iremos recogiendo ítems como armas que nos facilitaran un poco las cosas (cuchicos, nunchakus, etc.) o comida y bebida para mejorar nuestra salud.
Los gráficos de Bad Dudes vs. Dragon Ninja son estupendos. Personajes grandes, bien detallados, con enemigos finales como el temible Karnov (el de la primera pantalla) que está muy logrado. Por el contrario las animaciones son un pelín simples, pero esto no importa mucho porque la jugabilidad, como es marca de la casa en estos arcades, es la bomba. También atravesaremos escenarios detallados en los que destacan la ciudad de la primera fase, el camión de la segunda o el campo de la cuarta, todo bastante currado. Por otra parte, el aspecto sonoro no está mal, pero tampoco es la bomba porque los golpes parecen sonidos similares a cuando pateamos una pelota, sin embargo hay algunas voces digitalizadas decentes y una musiquilla pegadiza.
El juego tuvo cierto éxito, de hecho lo recuerdo perfectamente de los salones recreativos y era una recreativa que tenía bastante aceptación. Por descontado exisistieron versiones para los ordenadores de aquel momento, sin destacar ninguna en especial, ya que en sí todas estas versiones son ports mediocres (la de Spectrum está bastante bien y tuvo buena acogida). Señalamos la versión de Amiga, muy lograda en el apartado técnico, pero con una jugabilidad nefasta. Por otro lado, la única versión para consolas es la que se realizó para Nintendo NES que, pese a contar con un montón de parpaedos en los sprites, es la mejor versión de todas y la única que supo plasmar la esencia de la recreativa original.
Muchos recordaréis a Bad Dudes vs. Dragon Ninja. Es un juego de esos míticos que incluso hoy en día se puede disfrutar perfectamente. Toma el género de los juegos de lucha de scroll lateral e inventa poco, pero gracias a su temática y a su estilo, este juego ha tenido alguna que otra referencia en el cine y en videojuegos posteriores. No cabe la menor duda de que el género de este tipo de juegos es divertido, y Bad Dudes vs. Dragon Ninja lo hace muy bien.
O como coger las mecánicas jugables de Kung Fu Master (o Vigilante) y las de Rolling Thunder, unirlas en un argumento absolutamente delirante donde el protagonista es el personaje «mitologico» por excelencia de los 80 (osea el ninja) al estilo del cine de serie Z de artes marciales (ese que ponían en el programa de antena 3 cinturón negro) y que te salga un nuevo éxito arcade. Porque aquella época era así, y bastante bien parados hemos salido. La pobre difunta Data East trabajaba tan a favor de obra en los locos 80 que la nueva década le pilló con el pie cambiado.
Jajaja, Data East era así de maravillosa. Toda una locura.