Rescatamos nuestra sección «el cachivache», ya que hacía mucho que no publicábamos nada en ella. Lo hacemos con una selección de periféricos de lo más curioso para la mítica portátil Game Boy de Nintendo.
Ya hablamos en su día de cosas como la Game Boy Camera y la Game Boy Printer, o de aquel maravilloso Super Game Boy para Super Nintendo, pero los periféricos que hoy os traemos son realmente curiosos. Algunos muy poco conocidos, así que sin más dilación vamos a verlos.
HyperBoy
Comenzamos con Konami, sí, la de los pachinkos. En 1991 lanzaron al mercado japonés el espectacular HyperBoy. Como podéis ver en la imagen que acompaña, HyperBoy es una especie de carcasa que convierte nuestra Game Boy en algo así como una máquina recreativa portátil.
Yendo más allá del luz y lupa típico de este sistema, HyperBoy no solo nos ofrece esa opción, también nos proporciona un sistema de controles típico de las recreativas japonesas. Tenemos una palanca con mango esférico, muy en plan los controladores sanwa de los sticks arcade actuales, y dos botones de juego, además de los típicos select y start. Vamos, que entonces era lo más parecido a tener una mini recreativa.
Además, HyperBoy añade una mejora importante en el sonido. Esto se consigue con una clavija auxiliar que HyperBoy conecta al jack de la consola, ofreciendo una sustancial mejora en la calidad de sonido de la máquina. Vamos, que estamos ante un periférico muy completo que transforma por completo nuestro pequeño ladrillo portátil.
Booster
Este igual os suena más, básicamente porque sí se llegó a vender en España. Se trata del Booster, un periférico muy similar al anterior que lanzó la empresa Saitek en 1993, que agranda nuestra Game Boy a base de bien, pero con opciones más que interesantes.
Como el HyperBoy, el Booster cubre completamente la consola, añadiendo de nuevo la opción clásica de la luz y lupa. Lo más interesante está de nuevo en los controles, que mejoran con botones más gruesos y una especie de stick analógico que supuestamente nos da un plus de precisión, pero al parecer no va tan fino como debería. Otro puntazo son los altavoces que incorporan, que cuentan con un generoso tamaño, proporcionando una buena potencia sonora a nuestra pequeña amiga.
Pero aquí no termina la cosa, ya que el Booster funciona con cuatro pilas que también sirven para alimentar a nuestra Game Boy. Además incluye un compartimento para guardar cartuchos, por lo que así estamos más que servidos y podemos llevar la consola dónde queramos. Eso sí, Booster convierte a Game Boy en algo realmente aparatoso, por tanto no parece muy recomendable para echar alguna que otra partida rápida.
Pocket Sonar
¿Os gustar pescar? Si la respuesta es sí entonces os encantará el Pocket Sonar. Creado en 1998 por Bandai (¡qué guay!), Pocket Sonar convierte nuestra Game Boy en eso, en un sonar. Esto es básicamente un sistema que produce ondas que detectan a los peces, ayudándonos en nuestra tarea.
Este periférico, exclusivo del mercado japonés, consta de un aparato que se conecta a la ranura de cartuchos de la consola. A su vez cuenta con un cable bastante largo que se enchufa a una especie de boya pequeña con un sensor. Esto, evidentemente, debemos tirarlo al agua y ver los resultados del sonar en nuestra Game Boy. Cabe destacar que Game Boy no es resistente al agua, por lo que el pack también incluye una funda para que la consola no se moje.
Pocket Sonar puede mostrarnos datos de los peces con una profundidad de hasta 20 metros. Incluye además una base de datos con características de diferentes tipos de peces y sus siluetas, pero claro, todo en perfecto japonés. Además trae un mini juego por si nos aburrimos esperando a que algún incauto pez muerda el anzuelo.
Máquinas de coser de Singer
Hoy en día es normal manejar cualquier aparato con nuestro móvil. Aspiradoras, robots de cocina, sistemas de domótica, y un larguísimo etcétera. Pues bien, a principios del año 2000 no existían estas cosas, así que empresas como Singer, la conocida marca de maquínas de coser, deciden emplear lo que podríamos decir que era lo más puntero por aquel entonces.
Así pues la pequeña Game Boy Color sirvió como apoyo a una serie de máquinas de coser que se lanzaron en Japón y Estados Unidos, como por ejemplo la Singer Izek o la Jaguar JN-100. ¿Qué papel desempeñaba nuestra consola? En el caso japonés, la empresa Natsume sacó un software llamado Mario Family, que ofrecía diseños basados en los personajes más famosos de Nintendo para coser con nuestra máquina. Ahí Game Boy Color se conectaba a la máquina de coser y el resto dependía de nuestra pericia con el hilo. Para las Singer estadounidenses la cosa era similar.
La verdad es que este sistema era toda una innovación para la época. Desgraciadamente estas cosas tan originales suelen tener un precio, y es que esta gama de máquinas de coser era más cara de lo habitual. Eso sí, hay que reconocer que si te gustaban estas cosas no ibas a encontrar nada más molón por aquel entonces.
WorkBoy
Terminamos con un periférico que nunca llegó a salir al mercado: el WorkBoy. La empresa Fabtek quiso crear en 1992 un teclado para Game Boy, convirtiendo la consola en todo un centro de trabajo que añadía muchísimas posibilidades.
Al conectar el WorkBoy a la consola se mostraban en pantalla unas cuantas aplicaciones, muy en la línea de los smartphones de hoy. Calendario, calculadora o herramientas de conversión son solo algunos de los ejemplos de apps que podíamos encontrar en este teclado. Todo de manera similar a las PDA que se popularizaron tiempo después y, la verdad, parecía una idea bastante buena.
Como decimos, WorkBoy se presentó en 1992, en la famosa feria CES de Las Vegas, gustando al público asistente. Todo tenía muy buena pinta, pero con el paso del tiempo el proyecto se canceló y no se supo nada más de él. El caso es que a finales del año pasado apareció un prototipo que nos muestra de lo que WorkBoy era capaz de hacer. Y la verdad es que interesante era un rato.
Hola! Acabo de descubrir la página y ten por seguro que me tendrás por aquí con frecuencia.
De todos estos cachivaches el que más me flipa es obviamente el Hyperboy de la maravillosa Konami de entonces.
No obstante el único «add on» que casi llegué a catar de la consola fue un cargador de pilas recargables que mi madre veía con buenas posibilidades, aunque finalmente no le convenció, por entonces debe ser que las pilas recargables valían una pasta, y se podían recargar poco.
Ah y también recuerdo que en una ocasión la revista Hobby Consolas regaló un cutre joystick que se pegaba a la cruceta, y que despegué casi de inmediato porque era infinitimente poco práctico.
Muy buenas! Ante todo muchas gracias por pasarte por aquí, y si va a ser con frecuencia como si estuvieras en tu casa.
En mi caso tuve el luz y lupa. Las pilas se cargaban en un cargador casero que hizo mi padre, así que ahí servido. Todavía guardo la consola en una funda.
Un saludo y de nuevo gracias por leernos!