La Game Boy fue la perfecta consola portátil que lanzó Nintendo en los 90. Muchos achacábamos a esta consola su falta de color, algo que no fue ningún impedimento para su tremendo éxito. Sí, Nintendo en 1998 lanzó la Game Boy Color, como la original pero más pequeña y sin duda más colorida, pero antes, los usuarios de Super Nintendo se estuvieron frotando las manos ante la llegada de Super Game Boy, un periférico que nos permite jugar a todo el catálogo de Game Boy en nuestras Super Nintendo, además de poder disfrutarlos con algún que otro color.
Pues bien, Super Game Boy apareció en 1994 con un precio similar al de un cartucho de Super Nintendo (pongamos que unos 50€). Podemos elegir 4 colores entre una paleta de 32 disponibles, así no tendríamos que vivir nuestras aventuras en la pantalla pseudomonocroma de la Game Boy. Además, algunos juegos cuentan con la opción de añadir un marco a todo color con bonitas ilustraciones del juego que escojamos.
Super Game Boy posee un menú que aparece pulsando al mismo tiempo los botones L y R del pad de Super Nintendo. Este menú nos permite escoger la paleta de colores y el borde que queramos (hay 9 bordes disponibles en caso de que el juego no incluya uno propio), o también podemos crear un borde personalizado, con lo que pondremos a punto nuestras dotes como artistas.
El periférico es compatible con todos los juegos de la Game Boy original, además de los cartuchos negros de la Game Boy Color y otros periféricos como la Game Boy Camera, de la que ya hablaremos más adelante. Además existe un amplio catálogo de juegos que fueron diseñados para este sistema, es decir, que incluyen su marco o borde correspondiente y una gama de colores que varía según la parte del juego en la que juguemos. Tenemos juegos como Wario Land II, Donkey Kong, Kirby’s Dream Land 2, los juegos de Pokémon, Street Fighter II, Killer Instinct, Probotector 2 o Toy Story por citar algunos.
Era de esperar que un cacharro así tuviese un buen éxito, y así fue. Incluso en Japón sacaron una revisión del producto que contaba con opción para dos jugadores (mediante el cable link que unía dos consolas), además de nuevas opciones de personalización como un mayor número de bordes disponibles. Por desgracia, como ya os digo, este Super Game Boy 2 sólo estuvo disponible en el mercado japonés.
Super Game Boy es un periférico muy notable. Poder disfrutar de dos consolas en una ya era entonces todo un lujo, y si encima podemos incluir algún que otro color en nuestras vidas de jugadores de Game Boy, pues mejor que mejor, ¿no?
