En esta sección llamada «made in Spain», por lo general, solemos reseñar títulos de la llamada «edad de oro del software español» y, casi siempre, tiramos alto en nuestras valoraciones. Sin embargo, de vez en cuando viene bien traer títulos como Sgrizam, recordándonos que aquellas míticas compañías de antaño no eran tan infalibles como nuestra memoria nos hace creer.
Sgrizam fue creado por los míticos Dinamic Software, lanzándose en los ordenadores ZX Spectrum y Amstrad CPC en 1985. La impactante portada de la cinta, obra del desaparecido Alfonso Azpiri, nos invita a probar este título de acción que es recordado por ser el primer fracaso de la compañía de videojuegos madrileña.
La preciosa hija del emperador Cophenix II, amo de los reinos de Normax y de Dinax, ha sido secuestrada por los malvados seres del planeta Kindos. Mirdaw, nuestro héroe, es el encargado de rescatarla y, de paso, recuperar el gran tesoro que estos malvados también se han llevado. ¿El premio? La mano de la princesa y parte de esa fortuna.
Si bien el juego salió inicialmente para el Spectrum, nosotros hemos preferido la versión de Amstrad para echar unas partidas. Dejamos al ordenador de Sinclair para el final, porque se las trae.
Tras la bonita y colorida pantalla de carga, inspirada en la portada del cassette, comienza la partida. Nuestro héroe, con aspecto y movimientos de esgrimista galáctico, irá recorriendo una serie de niveles pasilleros deshaciéndose de todo bicho viviente.
El juego está dividido en dos mitades. En la primera hay dos fases y un dragón como enemigo final. Si derrotamos al dragón recuperaremos el tesoro y pasaremos a la segunda mitad. Esta segunda parte es un calco de la primera. La diferencia reside en los enemigos, que tienen un aspecto distinto, pero también que en el tramo final rescataremos a la princesa. Ni más ni menos.
Hay tres tipos de enemigos: los que vuelan, los que se arrastran y los que caminan. Para los enemigos que vuelan, que son abejas en la primera parte y hachas en la segunda, sólo debemos agacharnos. Los que reptan, compuestos por esqueletos de pollos (sí, es verdad) y serpientes para la primera parte, mientras que en la segunda encontraremos arañas y ratas, habrá que saltar. Nos quedan los que caminan, siendo estos los esqueletos de la primera parte y los soldados de la segunda, usaremos la espada del poder.
No existen objetos que poder coger, ni armas, ni pociones ni nada. Sgrizam es extremadamente repetitivo y tiene un grado de dificultad realmente demencial. Contamos con cinco vidas para llevar a cabo esta gesta que nos llevará poco más de 5 minutos, pero es verdaderamente insuficiente. Vamos, que hay que echar partida tras partida y aprenderse los patrones si queremos superar esta aventura. O también echar mano de esos socorridos «pokes» que tanto se llevaban en los microordenadores de la época.
Gráficamente los sprites tienen un tamaño generoso, pero se mueven de forma muy horrible. Hay parpadeos y los escenarios están completamente vacíos. Eso sí, a su favor, al menos en la versión de Amstrad, hay que decir que el scroll no está mal.
Del apartado sonoro poco que decir. Hay una música en el menú del juego y una colección de pitidos durante la partida. Se acabó lo que se daba.
En cuanto a lo jugable, Sgrizam tiene un control sencillo que no responde demasiado bien. Las cajas de colisiones de los enemigos no están muy bien implementadas y es fácil fallar el tiro, bueno, el espadazo en este caso. Y todo se reduce a agacharse, saltar y atacar de forma constante, nada más, por lo que la profundidad de juego brilla por su ausencia.
Todo esto es lo que hemos visto en la versión de Amstrad CPC, vamos con la del ZX Spectrum. El esquema es ligeramente diferente al de Amstrad al tener más fases, pero más cortas, y los enemigos con el orden cambiado. Por lo demás es el mismo juego.
A nivel técnico, ambas versiones son muy similares y se juegan de forma parecida, aunque con algunas diferencias. Aquí es dónde tenemos que tirar fuerte de las orejas a Dinamic a causa de la jugabilidad de la versión de Spectrum. ¿En qué cabeza cabe utilizar la tecla «O» para atacar? En el famoso esquema «OPQA», la tecla «O» se usa para ir hacia atrás, no para atacar. Pero esto no es lo peor.
Lo peor es que si, por ejemplo, atacas y luego te toca saltar o agacharte, tienes que soltar antes la tecla que habías empleado. Es decir, que tienes que pulsar las teclas de una en una, no puedes dejar pulsada una tecla para moverte y luego pulsar otra para saltar o agacharte, no sé si nos hemos explicado bien. Esto no ocurre en la versión para Amstrad CPC y se ha probado con emulación, no en los originales.
Otro punto negativo es la música de la intro de la versión del ZX Spectrum. No sabemos muy bien porqué a alguien se le ocurrió poner una melodía acelerada que queda horrible. También es cosa de emuladores, no sabemos si en el original también pasa, pero ahí está.
Lo positivo, en términos generales, de Sgrizam, es que sentó las bases para juegos de acción posteriores de Dinamic Software, pero se nota que es un lanzamiento hecho con prisas y sin ganas. Estamos ante un juego sin alma, sin mimo, sin cariño. Es una lástima, pero es así.
«Hay tres tipos…: los que vuelan, los que se arrastran y los que caminan.» Esto es mas o menos como en mi vecindario.
¿No mejoraba el control con un joystick?
Jajaja, pues menudo vecindario tienes. No sabría decirte porque no suelo usar joystick o pad en los emuladores de ordenadores (en consolas sí) porque todos los juegos para ordenadores los solía jugar con teclado sin problemas. El esquema de teclas «OPQA» para mí siempre ha sido todo un estándar y jamás tuve problemas con ningún juego. Lo de Sgrizam, al menos en Spectrum, me parece grave, ya que en Amstrad se juega bien.