- Compañía: Taito
- Año: 1987
- Género: Plataformas de acción
- Plataformas: Amstrad CPC, Apple IIgs, Arcade, Commodore 64, Game Gear, Master System, MSX, PC, Spectrum
Varios han sido los juegos inspirados en el universo de Conan el Bárbaro, un mundo fantástico que entra dentro de un subgénero llamado «espada y brujería». Uno de los ejemplos más notables en los videojuegos es el de Golden Axe, una conocida saga de juegos de Sega que ya tuvo su momento en Pixelmaniacos. Anterior a Golden Axe, Taito se sacó de la chistera un impresionante arcade que combina acción y plataformas con una estupenda puesta en escena. Hoy en Pixelmaniacos hablamos de Rastan.
Rastan (o Rastan Saga en Japón, su país de origen), como ya hemos indicado, es un arcade de acción y plataformas que tiene como protagonista al típico bárbaro con botas, greñas y taparrabos y su fiero espadón. Poco argumento y más bien típico, ya que nuestro héroe, tras el consentimiento de la princesa de un reino llamado Ceim, debe ir tras la cabeza de un dragón con el fin de conseguir los mayores tesoros del reino, así que toca tirar de espada y abrirse paso por cientos de peligros para lograr esta proeza.
El desarrollo de Rastan es el típico de estos viejos arcades. Avanzamos de izquierda a dercha atacando a todo lo que se mueva y esquivando ciertos peligros que encontramos en nuestro camino hasta llegar al típico jefe final. Simple y efectivo, al igual que su sistema de control, que cuenta con dos botones (disparo y salto, ¡por supuesto!). Eso sí, se trata de un arcade realmente difícil (como debe ser), pero extremadamente entretenido y, sobre todo, muy jugable.
Los enemigos que iremos encontrando en Rastan son muy variados y están inspirados en criaturas mitológicas de todo tipo. Encontraremos murciélagos de lo más molesto, hombres lagarto, poderosos guerreros con armadura, amazonas, magos, serpientes y otras criaturas típicas de los bestiarios como los dragones o los faunos, vamos, que en cuanto a bichejos de todo tipo estaremos bien surtidos. Por supuesto también están los jefes finales, más poderosos y grandes respecto a los normales como por ejemplo un esqueleto guerrero, una hidra o el todopoderoso dragón del final del juego.
También tenemos muchos ítems de diferentes tipos: hay armas (nuestra espada, un hacha, una maza con pinchos y una espada rodeada de fuego que resulta muy efectiva), objetos de protección (escudos, capas y armaduras, que nos servirán para reducir el daño que nos haga cualquier criatura), ítems que nos darán energía (pociones y una cabeza de oveja), ítems que nos restarán vida (veneno) y otros más que nos darán puntos. Estos objetos se describen en la introducción del juego.
El apartado técnico de Rastan es tremendo. Cuenta con unos gráficos muy llamativos, con gran variedad de escenarios y algunas rutas alternativas plagadas de secretos y peligros. El diseño del bárbaro y los enemigos es muy bueno y todos los personajes están correctamente animados. La música nos sumerge en este mundo tan feroz y los efectos, formados por golpes y algún que otro gruñido, son también muy acordes. ¿Lo mejor? Su tremenda jugabilidad y adicción, además de su gran dificultad, haciendo que Rastan sea un «tragaperras» en toda regla, pues de pequeño disfruté bastante de este juego, pero pronto me quedaba sin blanca.
¿Éxito? ¡Claro que sí! Rastan apareció en muchos sistemas. Las versiones para ordenadores como el Commodore 64 o el CPC son bastante dignas y bueno, digamos que el Spectrum hacía lo que podía (pobre). MSX contó con una versión muy buena (aunque con poco detalle en los enemigos, pero tampoco se podía pedir más) y el PC destacó (por una vez) con una versión cuyo aspecto técnico está bastante cerca de la recreativa original. En consolas fue Master System quien se llevó el gato al agua, con una versión muy lograda y de gran jugabilidad que también se llevó a Game Gear, pero esta última no salió de Japón. Rastan también aparece en el recopilatorio Taito Legends que apareció en PlayStation 2, Xbox y PC, siendo una emulación de la máquina recreativa.
Rastan tuvo un par de continuaciones. Rastan Saga II (o Nastar, como se conoció por aquí) no está tan mal, aunque su aspecto es tosco y personalmente pienso que no le llega ni a la suela de los zapatos al Rastan original. Warrior Blade: Rastan Saga Episode III es la tercera en discordia, con un planteamiento muy similar al de Golden Axe y la tecnología de Taito de varios monitores (usada en juegos como Darius). En mi opinión este tercer juego está más que bien.
Bárbaros, criaturas feroces de todo tipo, acción a lo bestia y una dificultad endiablada son los ingredientes de Rastan, uno de los mejores juegos de la compañía japonesa Taito y un arcade que nadie se debería perder. Genial.