Soplaban vientos de cambio en la industria de los videojuegos. Durante los años 90 Nintendo reinaba más o menos con ventaja en todo el mundo. A pesar de la dura competencia con Sega, consolas como Super Nintendo se vendían como churros, pero no todo iba a ser siempre así, pues había que pensar en el futuro. Un futuro que se llamaría Nintendo 64.
La historia de esta consola comienza en 1993. Tras un fallido acuerdo con Sony que terminó por desencadenar a cierto monstruo llamado PlayStation, otros acuerdos con Philips que, recordemos, produjeron algunos de los juegos más horribles hechos con franquicias de Nintendo, la gran N buscaba nuevos socios para seguir en el negocio.
Fue entonces cuando entró en escena Silicon Graphics, famosa compañía especializada en estaciones de trabajo y software para la creación de gráficos tridimensionales. Silicon Graphics presumía de equipos que se habían utilizado en el cine, en películas como Terminator 2: El Juicio Final, cuyos efectos especiales por ordenador asombraron (y siguen asombrando) a medio mundo.
Con la idea de llegar a más gente, Silicon Graphics ofreció sus servicios a diferentes compañías del mundo de los videojuegos. Nintendo fue quién se llevó el gato al agua, de modo que ambas compañías comenzaron a gestar lo que en un principio se llamaría Project Reality.
Para la gestación de la nueva criatura Nintendo quiso contar con los mejores. Empresas como Rare, Williams, Acclaim o la propia Silicon Graphics, entre otras muchas, formaron lo que se denominaría el «Dream Team». Con esto Nintendo pretendía que se tuviera la percepción de que solo los elegidos trabajarían en su nueva y potente consola.
Las cosas iban avanzando y en 1994 se mostró el primer prototipo de la consola. Aquello de Project Reality pasó a mejor vida y el nombre cambió a Ultra 64, mostrándose la consola y aclarando que, una vez más, Nintendo iba a apostar por el cartucho como el formato elegido para sus videojuegos.
Como siempre, Nintendo iba a contracorriente. El resto de fabricantes como Sega o Sony, ya habían apostado por el CD-ROM para sus nuevas consolas, pues se trataba de un formato de gran capacidad y bajo coste de producción. Nintendo, por el contrario, prefirió el cartucho para no tener que preocuparse por la piratería. Esta decisión marcó bastante el destino de la consola.
Ultra 64, como se conocería a partir de este momento, recibe el nombre en base a su arquitectura. Nintendo y Silicon Graphics no escatimaron recursos y su objetivo era crear el sistema de entretenimiento más potente del momento, escogiendo para ello una arquitectura de 64bit. Entonces se llevaba mucho lo de los números, por lo que los medios ensalzaron las virtudes de los 64bit porque 64 era más que 32, más que los 32bit que tendrían su competecia directa: Saturn y PlayStation.
Ya en 1995 Nintendo reveló el nombre definitivo de la máquina. Tras una serie de cambios el nombre que se escogió fue Nintendo 64, y así se llamaría en todo el mundo, alejándose del término Famicom que se utilizaba en Japón.
También se mostraron nuevos detalles como el mando. Recordemos que la meta de esta generación era la de crear mundos 3D, alejándose los juegos 2D que tanto molaban en el pasado. Nintendo pensó bien en esto y mostró el primer mando con stick analógico de la historia. Este tipo de sistema de control vendría muy bien para juegos como Super Mario 64, que ya se mostró por aquel entonces.
Otro de los detalles que llamaron la atención en Nintendo 64 es el de los cuatro puertos. La consola tenía cuatro conectores para cuatro mandos de serie, desechando ideas de periféricos como los multitap que se vieron en sus consolas anteriores. De esta forma el consumidor no tenía que pagar más dinero si quería jugar a títulos multijugador.
Pasaba el tiempo y la consola se iba retrasando cada vez más. Rare, quién creó el juegazo Killer Instinct para recreativas en 1994 con propaganda de Ultra 64, acabó sacando su juego estrella en Super Nintendo. Este movimiento se hizo porque Nintendo 64 (entonces todavía Ultra 64) no estaba lista e iba a ser uno de los títulos de lanzamiento.
Por fin, el 23 de junio de 1996, Nintendo 64 vio la luz en Japón. El lanzamiento en Estados Unidos se restrasó hasta septiembre de ese mismo año. ¿En Europa? Aquí como siempre somos los últimos en recibir las cosas y Nintendo 64 salió a la venta, atención, el 1 de marzo de 1997. ¡Casi un año más tarde que en Japón! Para entonces Saturn y, especialmente, PlayStation, copaban buena parte del mercado.
Nintendo 64 era una bestia tecnológica en comparación con Saturn y PlayStation. La consola creaba verdaderos espectáculos tridimensionales sin casi despeinarse, presentándonos efectos especiales nunca antes vistos. La suavidad de las texturas y ciertos efectos gráficos de iluminación y transparencias solo podían verse en este sistema. Gracias a Silicon Graphics Nintendo tenía en sus manos el futuro. Claro, que este futuro tenía algunos «peros».
El más importante era el cartucho. Los 64 megabits de cada cartucho eran insuficientes para algunos juegos. La empresa Square, quién había tenido muchos acuerdos con Nintendo en el pasado, acabó pasándose a la competencia, a Sony PlayStation para más señas. Final Fantasy VII, su mayor juego hasta el momento, acabó lanzándose en la consola de Sony porque los cartuchos de Nintendo 64 no tenían capacidad suficiente. Y es que el RPG de Square acabó ocupando nada más y nada menos que tres CD.
Vale, es cierto que algunas compaías como Capcom obraron ciertos milagros. Uno de ellos es embutir los dos CDs que ocupaba Resident Evil 2 en un cartucho de 256 megabits para esta consola. Los vídeos del juego no se veían del todo mal y Nintendo 64 consiguió un título que a priori parecía imposible en esta consola.
Otro aspecto negativo de los cartuchos era el precio de los juegos. El CD era un formato barato, permitiendo que los fabricantes ahorraran costes, algo que repercutía en el precio final del juego. Un juego para Saturn o PlayStation rondaba las 9.000 pesetas (algo más de 50€) por entonces, teniendo en cuenta que ese era el precio normal para una novedad. 9000 pesetas era el precio de los cartuchos más baratos de Nintendo 64, pudiendo alcanzar alguna que otra novedad la cifra de 14.000 pesetas (más de 80€).
Como el dinero no brotaba de las fuentes y entonces se podían encontrar juegos de PlayStation por 3.000 pesetas, pues los padres de cada chaval en cuestión hacían cuentas. Y eso teniendo en cuenta que Nintendo 64 no se vendía muy cara, siendo poco más de 200€ por aquel entonces en España.
La consola tuvo una buena cantidad de periféricos de lo más variado. Además de versiones especiales de diferentes colores, con ediciones basadas en Pokémon o consolas transparentes, se contó con cosas bastante originales.
Uno de los más famosos es el Rumble Pak, un cartucho que se acoplaba al mando y nos daba vibración en los juegos. Con el Transfer Pak podíamos pasar información a una Game Boy en juegos como Pokémon Stadium. Además, el Expansion Pak, que venía con juegos como Donkey Kong 64, añadía memoria extra a la consola para ejecutar juegos todavía más espectaculares.
El periférico más desconocido de todos, que solo salió en Japón, es el Nintendo 64DD. Se trataba de una unidad de expasión que apareció en 1999 y que añadía una unidad de disco para la consola, muy en la línea de aquel Famicom Disk System que se lanzó años atrás para la Famicom japonesa. Este cacharro venía un poco para paliar la poca capacidad de los cartuchos de Nintendo 64.
Se conectaba a una red desde la que podíamos descargar juegos o complementos para los que ya teníamos, y así grabarlos en unos discos magnéticos de gran capacidad. El caso es que el Nintendo 64DD no tenía mucho sentido y fue uno de los mayores fracasos comerciales de Nintendo. Incluso se vendió menos que el Virtual Boy, pero eso ya es otra historia que contaremos en otro momento.
Ciertas malas decisiones de Nintendo (el cartucho, principalmente) condenaron a Nintendo 64 a un segundo puesto en la lucha de aquella época. Hasta el momento ha vendido más de 32 millones de consolas en todo el mundo, una cifra que no está del todo mal si la comparamos con Saturn, que vendió algo más de 9 millones. El problema viene porque PlayStation ha logrado vender unas 102 millones de unidades, y eso fue todo un baño de realidad para Nintendo.
A pesar de todo Nintendo 64 está considerada una grandísima consola. Prueba de ello es su excelente catálogo, formado por más de 300 juegos que se nos puede antojar un poco escaso en comparación con los otros dos sistemas. Os aseguramos que la calidad en este reducido catálogo está servida y vamos a ver qué nos ofrece.
Sin duda alguna la joya de la corona es Super Mario 64, el juego más vendido (más de 11 millones de copias) y el más revolucionaro en aquella época. Nunca antes se había visto algo igual. Se trata de un juego de plataformas completamente en 3D, con unas mecánicas nunca antes vistas y unos gráficos espectaculares que marcaron un punto de inflexión en la industria. Una verdadera obra maestra que algunos medios de la época ni se atrevieron a puntuar.
Nintendo tiró la casa por la ventana y en esta consola se crearon sagas que hoy en día seguimos disfrutando. Aquí nacieron Mario Party, Paper Mario o Super Smash Bros., auténticos juegazos de la gran N que siguen disfrutando de muy buena salud. Otras maravillas como Pilotwings 64, Mario Kart 64, Donkey Kong 64 o Wave Race 64 (siempre con el 64 en su título, no lo olvidemos) también tuvieron buen protagonismo.
Nintendo tampoco dejó de lado a la saga Zelda, ofreciendo el inolvidable The Legend of Zelda: Ocarina of Time, que se considera una de las mejores aventuras de Link y compañía. Otro grande fue The Legend of Zelda: Majora’s Mask, una aventura también estupenda que en su momento chocó un poco por ser más oscura que su predecesora.
Los bichos de Pokémon, Mario y sus juegos deportivos, el amigo Kirby y otros personajes inolvidables de Nintendo también están presentes.
Si hay que destacar a una segunda compañía que trabajó mucho para el catálogo de la consola esa fue sin duda Rare. De su equipo salieron auténticas joyas como GoldenEye 007, todo un shooter en primera persona protagonizado por el agente secreto más famoso del cine. A esto hay que sumar el brutal Perfect Dark, otro shooter de corte más futurista; el simpático Banjo-Kazooie, con un oso y un pájaro entre sus filas; o el irreverente Conker’s Bad Fur Day, juego muy políticamente incorrecto para los estándares de Nintendo.
Todos los géneros estuvieron cubiertos, predominando shooters en primera persona como Doom 64 o las cuatro entregas de Turok, además de un par de ports de Quake que quedaron bastante guapos. Los juegos de conducción también tuvieron presencia con la saga Cruis’n, el genial F-Zero X, el alucinante Star Wars Episode I Racer o una revisión del clásico de NES llamada Excitebike 64.
Algunos de los típicos juegos deportivos de Electronic Arts también estuvieron presentes. En este apartado deportivo destacamos los International Superstar Soccer de Konami, considerados los mejores juegos de fútbol de la consola. Otras maravillas como Lylat Wars, Blast Corps, Diddy Kong Racing, Jet Force Gemini o Body Harvest completan un catálogo repleto de títulos de calidad.
La consola tuvo su momento de gloria entre 1997 y 2000, intentando dar lo máximo en un mercado dominado por PlayStation. Ya en 2001, tras el lanzamiento de su sucesora, GameCube, Nintendo 64 fue olvidada y pocos títulos aparecieron para ella. Su último lanzamiento fue Tony Hawk’s Pro Skater 3, que se tuvo lugar en exclusiva para Estados Unidos en verano de 2002. Eso significa que la consola se despidió en 2001 en Japón y Europa, lanzando unos pocos títulos en estas regiones.
Una consola que lo tenía todo para triunfar. Un hardware espectacular, buenas ideas como el stick analógico o juegos exclusivos muy potentes son algunas de sus virtudes. Nosotros nos preguntamos, ¿qué hubiera ocurrido si Nintendo hubiese elegido el CD-ROM en lugar de los cartuchos? A lo mejor las cosas podrían haber sido de otra manera, nadie lo sabe.
Lo que está claro es que Nintendo 64 es una grandísima consola, muy apreciada hoy en día por el coleccionista retro. Su catálogo de juegos es muy selecto y contiene algunos de los mejores juegos de todos los tiempos. No fue el éxito que Nintendo esperaba, eso llegaría un par de generaciones después, pero está claro que esta consola marcó huella en muchos jugadores. ¿La habéis tenido?