- Compañía: Data East
- Año: 1993
- Género: Deportes (balonmano)
¿Videojuegos de balonmano? Fútbol, baloncesto y otros deportes más populares tienen videojuegos a patadas, pero ¿y el balonmano? Pues tristemente es un deporte olvidado y los poquísimos juegos se pueden contar con los dedos de las manos. Alguno hay para teléfonos móviles, PC y algún que otro ordenador antiguo como el Commodore 64. Lo más parecido que se puede encontrar rebuscando en el catálogo de juegos de máquinas recreativas es este Heavy Smash.
Data East posee un catálogo muy bueno de juegos deportivos futuristas algo bestiajos, y Heavy Smash nos muestra cómo será el balonmano en el futuro (o a lo mejor no, quién sabe). Como viene siendo habitual, los juegos de Data East de los 90 son sinónimo de calidad, de diversión y de una jugabilidad a prueba de bombas. Heavy Smash cumple de sobra con esos requisitos y más. Empezamos escogiendo selección entre Estados Unidos, Japón, España, Brasil, Alemania, Inglaterra, Italia, Egipto, Australia (¡amazonas!) y la selección especial de cyborgs. Cada selección tiene habilidades diferentes y destaca más en algún que otro apartado (ataque especial, fuerza y defensa).
Una vez escogido nuestro equipo favorito nos disponemos a jugar. El juego se controla con tres botones: uno para lanzar el balón, otro para pasarlo a otro compañero, y un tercer botón sirve para saltar. Tenemos un indicador de poder que se va llenando rápidamente con el tiempo y, cuando lo tenemos lleno del todo, podemos ejecutar un lanzamiento bestial con el que mandaremos al equipo contrario al quinto pino. Por cierto, el control de los porteros es automático.
El objetivo, claro está, es marcar más goles que el rival. Cuando les clavamos 6 goles y dejamos su marcador a 0, el partido termina automáticamente, es decir, que tenemos que marcar 6 goles más que el rival para terminar el partido o simplemente aguantar hasta que acabe el tiempo. Por ejemplo, si nuestro rival marca un gol, tenemos que ganar el partido por 7 a 1 para que éste termine automáticamente.
Heavy Smash destaca por su acción directa típica de los arcades. Nada de simulación, se prescinde de las reglas de este deporte en cuestión y ¡hala!, a hacer el burro, porque en Heavy Smash tenemos tiros, empujones y alguna que otra patada, no hay prácticamente reglas, sólo hay que ser más fuerte y mejor que el rival para ganar el partido.
Entendido el fuerte componente arcade del juego y a la hora de jugar, tendremos que enfretarnos al resto de selecciones que componen el juego hasta llegar a la fase final: los cyborg. Los partidos, a medida que avanzamos, se van volviendo más duros y más difíciles, siendo, como debe ser, el primer equipo al que nos enfrentamos el más fácil, y el último es el más difícil. Si lo logramos seremos los campeones de este torneo futurista tan particular. Por suerte contamos con las habilidades especiales de cada selección para ganar y cuyos ataques especiales son espectaculares y muy efectivos.
Técnicamente el juego luce muy bien. Gráficos coloridos, buenas animaciones, un sonido contundente con una música pegadiza y unos efectos sonoros muy buenos, y lo mejor, su estupenda jugabilidad que nos hará disfrutar en cada partido. Como punto en contra debemos señalar que en Heavy Smash hay mucha linealidad a la hora de realizar ciertas jugadas, ya que si somos un poco hábiles podemos superar todos los partidos prácticamente de la misma manera (pasar el balón, saltar y lanzar nuestro ataque especial para empotrar al portero rival y marcar gol).
No salió ninguna conversión para el mercado doméstico, ni consolas ni ordenadores, y eso que Heavy Smash fue bastante popular (en una sala de máquinas cercana a mi casa lo tenían, y jugaba bastante gente, sobre todo un servidor). Por el tipo de juego, tan arcade, le hubiera venido muy bien a la Neo Geo, incluso tampoco hubiera estado mal tenerlo en la Super Nintendo.
Actualmente, este tipo de juegos deportivos con un sabor tan arcade y algo violentos no proliferan mucho (por no decir nada). Es una pena, pues Heavy Smash es pura diversión directa y sin complicaciones. Un buen juego deportivo y futurista sin más. «¿Cómo se llamaba ese juego de balonmano futurista de las maquinitas?», seguro que algunos os preguntáis eso, pues aquí está y se llama Heavy Smash.