InicioEl bluffBUBSY 3D, EL CASPOSO GATO DEL FUTURO

BUBSY 3D, EL CASPOSO GATO DEL FUTURO

  • Compañía: Eidetic
  • Año: 1996
  • Género: Plataformas
  • Plataformas: PC, PlayStation

Hace ya algún tiempo que hablamos de Bubsy, un gato chulete plataformero que quiso hacerse un hueco como mascota famosa en la época de los 16bit. Unos años después, Bubsy probó suerte en los 32bit con un juego de plataformas en 3D que quería competir con el mismísimo Super Mario 64. ¿El resultado? Malo, muy malo, Bubsy 3D es otro bluff como un piano del que hoy tenemos el «placer» de hablar en Pixelmaniacos. Por cierto, las capturas de pantalla son de la versión para PlayStation.

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La falta de texturas y la generación de elementos poligonales es cuanto menos inquietante

Bubsy 3D sigue el argumento visto en el primer Bubsy in Claws Encounters of the Furred Kind (sí, todo eso) que apareció hace algunos años en Super Nintendo y Mega Drive. El bueno de Bubsy se encuentra en en planeta de los Woolies (unos bichos muy majos) y, tras derrotar a dos reinas malas, el gatejo este quiere regresar a casa y para ello tiene que encontrar las piezas de su cohete espacial, aunque los Woolies no se lo van a poner nada fácil (ni la jugabilidad del juego tampoco).

Pues bueno, una vez vista la introducción del juego, en la que los Woolies nos explican de qué va la cosa, toca comenzar a jugar. ¿Qué nos encontramos? Con un mundo 3D completamente yermo y un modelo cutre de Bubsy plano y sin vida. El auténtico horror viene en el momento en que cogemos el mando para mover al gato, y es que la cámara es un auténtico engorro y los movimientos son torpes y lentos. Bubsy puede saltar alto, moverse en todas direcciones, agacharse y disparar entre otras cosas, pero es que, aunque se trate de un mundo completamente 3D, el gato se mueve como si estuviese en un juego 2D, es decir, que para moverlo tenemos que tirar de cruceta sin manejar la cámara ni nada, y todo en las típicas direcciones de los puntos cardinales, así que olvidaos de movimientos en diagonal y cosas por el estilo. Y para colmo de males Bubsy puede planear, pero esto no nos ayuda por culpa de la limitación en sus movimientos.

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Plataformas de poliestireno

El apartado gráfico de Bubsy 3D es un completo desastre. Los escenarios vacíos se generan como por arte de magia, así que alguna que otra montañita de esas que hay por ahí aparece de la nada frente a nuestros ojos. Los personajes, como ya hemos indicado respecto al modelo de este gato espacial, son muy planos, sin nada de vida y encima están mal hechos. Por lo demás no existe nada que destaque porque la alarmante falta de texturas, los pésimos efectos especiales y la tremenda pixelización de lo poco que se mueve en pantalla consiguen asustarnos a las primeras de cambio. Ni siquiera el apartado sonoro consigue salvarse de la quema al estar compuesto por melodías poco llamativas y pocos efectos sonoros (aunque Bubsy hable).

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Los Woolies esos nos han dado una buena tunda

La llegada de Bubsy a los mundos 3D generó cierta expectación en su momento, pero tras ver el resultado final la crítica se cebó a gusto, haciendo especial hincapié en su penoso acabado gráfico y su horrenda jugabilidad. Sufrió especialmente al compararlo con Super Mario 64, que era el referente en las plataformas 3D por aquel entonces, así que al pobre Bubsy 3D no le quedó otra que agachar la cabeza y recibir collejas por todas partes, collejas que por cierto están muy bien merecidas. Incluso este título ha llegado a figurar en algunas listas sobre los peores videojuegos de la historia, y no es para menos.

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¡A saltar a la piscina!

Este personaje, que tuvo juegos curiosos en Mega Drive y Super Nintendo, recibió una muerte fulminante en la era de las 3D y es posible que prácticamente nadie se acuerde de él, y es una pena, pues Bubsy hizo un buen debut en su momento. Gráficos pobres y planos plagados de errores por todas partes y un control horroroso lleno de dificultades son las principales características de Bubsy 3D, que intentó entrar por la puerta grande y se la cerraron a cal y canto (y con razón, con mucha razón).

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