- Compañía: Tribeca
- Año: 1994
- Género: Lucha
- Plataformas: 3DO
Bien es sabido que la consola 3DO respresentó un sonoro fracaso en el mundo de los videojuegos. Eso en parte fue por el catálogo que tenía, plagado de experimentos que sólo intentaban probar un sistema como el CD-ROM. Así pues, juegos como Shadow: War of Succession (Shadow Warriors en Japón), no ayudaron mucho a impulsar este sistema. ¿Qué se puede decir de un juego por el que sus creadores pidieron perdón? Efectivamente, así fue.
Los encargados de esta abominación fueron los chicos de Tribeca, un estudio con muy poquita experiencia. Lo gracioso de todo es que según podemos leer en Mobygames, el estudio fue co-fundado por el mismísimo Robert DeNiro. Además, aparte de Shadow: War of Succession, Tribeca también creó un par de años después otro juego llamado 9: The Last Resort, una aventura gráfica tipo Myst que por lo menos es algo mejor que esta aberración de la que hablamos. Y ya, se acabó, Tribeca sólo tiene estos dos juegos.
Bueno, vamos hablar de lo que importa, de el juego. Hablaremos de uno de los peores juegos de lucha de la histora y, por supuesto, uno de los peores juegos para el sistema 3DO. Shadow: War of Succession es el típico juego de lucha uno contra uno que nació a raíz del fenómeno Mortal Kombat, que a mediados de los 90 estaba muy de moda. Esto quiere decir que este juego tiene gráficos de actores digitalizados sobre fondos hechos por ordenador, además de los llamados «fatalities» que Mortal Kombat puso de moda. También hay que decir que en esta época surgieron mogollón de juegos del mismo corte, pero este título tiene el dudoso honor de ser uno de los peores (si no es el peor). Ya hemos hablado de otros «blufs» de la lucha como Rise of the Robots, pero es que al lado del juego de Tribeca, el título de robots futuristas es una obra maestra. Veremos porqué.
Empezamos por lo que vemos al iniciar el juego. Se trata de una introducción cutre, pero cutre, cutre. Ahí nos explican un poco la historia del juego, que comienza con el asesinato del líder de S.H.A.D.O.W., una organización criminal muy tocha. Y así comienza la cosa, con un torneo de lucha en el que siete agerridos combatientes tienen que luchar para conseguir el trono del «Shadow King», o sea, que tienen que zurrarse para saber quién maneja el cotarro. Ni más, ni menos.
Estos siete personajes son el chulito Riggs, el militar Anvil, una samurai (creo) rara llamada Erika, un mafioso con gabardina con el nombre de Carlos, la luchadora Gabriella, un ninja de 20 duros llamado Viper y una fiera militar bajo el nombre de Sasha. Estos 7 luchadores, cada uno representado por un actor real, tienen que sobrevivir en este torno lucha y convertirse en el mandamás de una poderosa organización criminal.
Una vez escogido nuestro luchador (que también puede ser aleatorio), nos lanzamos a la pelea y comprobamos porqué Shadow: War of Succession es una pena de juego. Gráficamente no tiene mala pinta, con luchadores grandes y bien definidos, hay zoom y fondos renderizados bastante pobres y vacíos. Lo malo comienza cuando nos ponemos a jugar y descubrimos que todo se basa en machacar los botones del pad. Las animaciones son muy pobres, los movimientos son ortopédicos y desastrosos, y la jugabilidad da auténtica pena. Poco a poco vamos comprobando que saltar y golpear es una quimera, que el personaje no hace nada de lo que le ordenamos y que la curva de dificultad es completamente absurda. Vamos, que sólo hay que ir aporreando botones hasta que salga alguna técnica especial o lo demos un golpe a nuestro contrario.
En el resto de apartados la cosa tampoco pinta muy bien. La música, muy ochentera, se deja escuchar, pero los efectos de sonido son para apagar e irnos. Gruñidos, rugidos y gritos que destrozarán nuestros tímpanos son la tónica habitual en cada combate. Por otra parte hay unas buenas parrafadas digilizadas que nos cuentan las pretensiones de cada luchador al inicio de los combates, pero eso tampoco logra salvar a este título del desastre más absoluto. En cuanto a las opciones, como era de esperar, este juego de lucha viene muy capado. Sólo se incluye opción para dos jugadores por si algún incauto quiere horrorizarse a tu lado y tres niveles de dificultad. Por cierto, los fatalities son una chufa y vete a saber cómo demonios se hacen (eso si ganas algún combate, claro).
Nada salva este desastre que, en principio, cuenta con buenas intenciones, pero se ve mucha dejadez por parte de sus creadores. Seguramente, conscientes de lo que habían hecho, alucinaron en su momento cuando les dijero que iban a comercializar el juego. Por jugabilidad es sin duda de lo peor a lo que puedes jugar en esta consola (y en cualquiera). Menos mal que 3DO contaba con juegos de la lucha de la talla de Samurai Shodown o Super Street Fighter II Turbo para olvidar este auténtico bluf llamado Shadow: War of Succession. Recordad bien el nombre y alejaros de él, porque sin duda esto es veneno puro.