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GAME GEAR, PORQUE SÓLO CON COLOR NO BASTA

Ya hemos hablado en Pixelmaniacos de Game Boy y Lynx, ahora le toca a la Game Gear de Sega, una consola portátil que podríamos decir que quedó en segundo lugar detrás de la de Nintendo en una encarnizada batalla de consolas portátiles que tuvo lugar durante los años 90. La Game Gear fue una consola muy buena, aunque tenía un fallo importante: la duración de las baterías, y es que una pantalla a color retroiluminada consume mucho (que se lo digan a cualquier usuario de un smartphone moderno).

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Game Gear era tan elegante como preciosa (Wikimedia Commons)

«Project Mercury» fue el nombre en clave que Sega le dio en 1989 a esta consola cuando se encontraba en desarrollo. Pasó a llamarse finalmente Game Gear y vio la luz en Japón en el año 1990, y un año más tarde lo hizo en Estados Unidos y Europa. Las especificaciones técnicas de Game Gear eran parecidas a las de su hermana mayor Master System, pero con una paleta de colores superior, de hecho era posible jugar a juegos de Master System en Game Gear mediante el empleo de un hardware especial. Por lo demás la Game Gear cuenta con un diseño en negro muy chulo y elegante y con su estrella: una pantalla a todo color retroiluminada muy superior a lo visto en Game Boy.

Game Gear fue una consola muy popular en Europa y Estados Unidos, pero en Japón no lo fue porque desde el principio tuvieron algunos problemas de fabricación. Al principio la cantidad de juegos lanzados para este sistema fue bastante pobre, pero poco a poco su catálogo se fue nutriendo de juegos legendarios, especialmente durante la mitad de los años 90. Aguantó el tirón más o menos hasta 1997, logrando vender más de 10 millones de consolas en todo el mundo, una cantidad bastante pobre comparada con la de las ventas de Game Boy, pero aún así no lo hizo tan mal después de todo, en parte gracias a la agresiva publicidad de la que Sega hacía gala en sus productos (sólo hay que ver el siguiente vídeo, en el que se compara a Game Gear de manera discreta con cierta consola de tonos verdes).

Como ya hemos señalado, el principal problema de Game Gear era la escasas duración de las pilas. Igual que la Lynx de Atari, la portátil de Sega era todo un devorador de energía que necesitaba 6 pilas pequeñas que nos daban unas 5 horas de autonomía, por lo que lo mejor era adquirir un cargador de pilas o un conector a la red eléctrica, aunque la factura de nuestra compañía eléctrica podía subirse un poco debido al poderío de este monstruo. Eso sí, lo cierto es que su increíble y brillante pantalla merecía mucho la pena porque los juegos lucían que daba gusto.

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El aparatejo con el que podíamos ver la tele en Game Gear (Wikimedia Commons)

Game Gear tuvo bastante periféricos. Maletines para guardar la consola, periféricos y juegos, fundas protectoras para el agua y el polvo, cargador para el coche, etc. A parte del convertidor para juegos de Master System, Game Gear también contaba con un sintonizador de televisión que convertía a la consola en toda una tele portátil. Un periférico sin duda muy original que, hoy en día y debido al sistema de TV que tenemos actualmente no serviría para nada, pero resulta bastante curioso y por aquellos días era toda una novedad.

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Póker de ases para Game Gear (de izquierda a derecha y de arriba a abajo): Sonic the Hedgehog Chaos, Columns, Land of Illusion: Starring Mickey Mouse y Shinobi II: The Silent Fury

Pasemos a lo más importante, los juegos. El catálogo de Game Gear está plagado de buenos juegos, muchos son conversiones directas de Master System que lucen mejor que en la consola original, pero también hay juegos originales que muestran las aptitudes técnicas de la consola en toda su gloria. Los más importantes los compone Sonic, la famosa mascota de Sega, con Sonic the Hedgehog y Sonic the Hedgehog 2 a la cabeza, pero también con Sonic the Hedgehog Chaos, Sonic the Hedgehog: Triple Trouble o Sonic Blast. Las dos aventuras del famoso ninja Joe Musashi en Shinobi y Shinobi II: The Silent Fury, los juegos de Ecco the Dolphin, y otras joyas del calibre de Shining Force: The Sword of HajyaAlien Syndrome, Columns, Fantasy Zone, Wonder Boy, Arena, los dos Streets of Rage o los típicos juegos Disney «made in Sega» con Mickey a la cabeza (Castle of Illusion, Land of Illusion y Legend of Illusion) y el pato Donald por otra parte (Deep Duck Trouble y The Lucky Dime Caper).

Un total de unos 300 juegos tremendos que, como siempre, también está compuesto de algunos «blufs» como el tedioso G-LOC Air Battle o un soso y aburrido Jurassic Park que no hay que confudir con The Lost World: Jurassic Park, posiblemente el último juego que apareció para este sistema. Por cierto, debemos señalar que los cartuchos son multizona, por lo que cualquier modelo de Game Gear admite juegos japoneses, americanos y europeos, todo un acierto.

Game Gear fue una consola portátil estupenda, y también la única portátil original que lanzó Sega, pues después vinieron Mega Jet y Nomad, ambas basadas en el hardware de Mega Drive, pero resultaron ser un sonoro fracaso. Como decimos, Game Gear cuenta con una pantalla genial a todo color cuyo precio es el consumo eléctrico, pero fue una consola que lo tenía todo para triunfar y, aunque lo hizo bastante bien, no pudo triunfar del todo en un mercado dominado por Nintendo y su Game Boy.

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