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BEAVERS, CASTORES CONTRA CONEJOS

  • Compañía: Arc Developments
  • Año: 1993
  • Género: Plataformas
  • Plataformas: Amiga, Amiga CD32

Hoy os ofrecemos uno de esos juegos de plataformas para el olvido. Hablamos de Beavers, un colorido y, a priori, simpático título para sistemas Amiga protagonizado por castores, conejos y osos de gran tamaño. Así dicho la propuesta no está mal, pero lo cierto es que estamos ante un bluff como una casa de los que empañan el catálogo de cualquier ordenador o consola.

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En Beavers saltamos por cualquier parte

Se ha desatado la «beavermania» en el Reino Unido, y todo por un grupo musical de castores en plan The Beatles y esas cosas. Sus rivales, los Rappin’ Rabbit Rockets, otro grupo formado por conejos, están hasta las narices y planean su venganza. Por ello, uno de los conejos irrumpe en casa de Jethro Beaver, el líder de la banda de los castores, quién recibe un portazo. El conejo en cuestión porta una metralleta y amenza a la esposa del pobre Jethro, que es secuestrada por la banda de los conejos y nuestro amigo el castor tiene que ir en su busca.

Tras ver todos estos acontecimientos en la animada introducción del juego que, por cierto, parece realizada igual que una película de dibujos animados de esas cutres que venden en esos bazares chinos, nos lanzamos a por el juego. Se trata del típico juego de plataformas de scroll horizontal en el que manejaremos a un castor a lo largo de un buen puñado de niveles.

Y es que en seguida vemos en Beavers el horror. Nada más empezar, tendremos ante nosotros la típica fase de plataformas en la que el scroll irá avanzando por la pantalla, es decir, que o tratamos de ir lo más rápido que podamos o la pantalla nos comerá y perderemos una vida. Nada mal para empezar, poniendo la dificultad por las nubes para ir pensando en coger el disco del juego y lanzarlo por la ventana.

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Niveles oscuros con criaturas monstruosas, tanto o más que el propio juego

Bien, ya repuestos del susto inicial vamos aprendiendo un poco a controlar a nuestro héroe. Lo haremos utilizando las teclas del cursor, usando la tecla de disparo para saltar. Con las teclas de arriba y abajo podremos escondernos o utilizar nuestra cola para atacar a todo bicho viviente que pulula por las fases del juego. Lo cierto es que el control está tan mal implementado que ni una cosa ni otra sirven de mucho, quedándonos sólamente la opción de saltar para pasar las fases a toda pastilla.

Por si fuera poco tantas emociones juntas, en cada fase deberemos ir recogiendo estrellas para aumentar nuestro carisma o algo así. Y también habrá gorros de piel de mapache, tipo los que llevaba el tal Daniel Boone ese, que no sé muy bien para qué sirven y que se pone uno de los dos castores que aparece en la barra inferior de la pantalla. También hay interruptores, puertas secretas y alguna que otra sorpresa más.

Tras superar un puñado de niveles (creo que 6) se nos presentará un oso gigantesco a modo de enemigo final, que nos tirará cosas y que debemos devolver usando el ataque ese de mover la cola. Tras superar al oso nos darán un password (creo que son un par de ellos en todo el juego) para poder continuar que nos vendrá muy bien, y es que conseguir llegar hasta el maldito password es una proeza digna de los mejores y más pacientes expertos en juegos de plataformas.

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¿Eso es un perro con gabardina?

Gráficamente es colorido, con niveles en principio variados, pero con fondos vacíos, un único plano de scroll, animaciones no muy buenas y un diseño de personajes simpático, pero tosco y repetitivo. Los malvados osos finales dan bastante pena por sus movimientos estáticos y unas expresiones muy feas. Vamos, que como ya hemos señalado, el juego parace una película de dibujos animados de serie B (o Z, según ser mire).

El sonido tampoco es muy allá. Sólo podremos escoger entre poner música o efectos sonoros, no las dos cosas al mismo tiempo. La música es simpática, pero resulta cansina, ya que sólo hay un par de melodías en todo el juego. Los efectos sonoros son bastante sosainas, así que estamos ante otro apartado en el que Beavers pincha.

Y si los gráficos y el sonido, aunque poco brillantes cumplen, donde de verdad el título falla es en la jugabilidad. Beavers resulta ser un juego muy difícil, y la culpa la tiene en parte su horrible sistema de control, con movimientos como el ataque con la cola que no sirven para nada. Además hay que sumarle algo muy preocupante, y es que cualquier cosa que pulule por la pantalla está para fastidiar, y desgraciadamente en todo el juego hay mucho de eso, con la consiguiente pérdida de vida y nuestra esperanza por terminar el juego.

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Este es uno de esos osos sosos contra los que lucharemos

Beavers fue desarrollado por Arc Developments y distribuido por Grandslam, todo muy inglés, y apareció en ordenadores Amiga y en la consola Amiga CD32, con resultados bastante parejos. Según vemos en la caja del juego también se programó una versión para PC, pero nunca llegó seguramente por los pobres resultados del juego, y eso que en su día no recibió malas críticas.

En fin, desde Pixelmaniacos opinamos que Beavers no debería estar nunca entre los mejores juegos del Amiga. No tiene malas ideas y, salvo el ataque del conejo psicópata del principio, el resto del juego puede resultar simpático, pero una dificultad desmedida sin motivo, una jugabilidad horrible y una pobre presentación general hacen que este plataformas pinche, y lo hace a base de bien.

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