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ALLEY CAT, LA DURA VIDA DE UN GATO

  • Compañía: Synapse
  • Año: 1983
  • Género: Plataformas
  • Plataformas: Atari 8bit, PC, PC-88

La verdad es que hace tiempo me apetecía hablar de Alley Cat, un divertido juego de plataformas del que disfruté hace muchos años en mi viejo Amstrad PC. No sabía muy bien en qué categoría meterlo, porque a pesar de ser un juego conocido, no es un juego que históricamente destaque ni por su apartado técnico ni por su jugabilidad. Como para mí es todo un juegazo con el que me lo pasé pipa en su momento, pues aquí está, junto a otras joyas que publicamos en Pixelmaniacos.

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En el callejón gatuno

Alley Cat es un juego de plataformas que apareció inicialmente en el ordenador Atari 8bit, siendo portado a PC (la versión de la que vamos a hablar) y al más desconocido ordenador PC-88 de NEC. Fue creado por Synapse Software (programado por un tal Bill Williams) y distribuído por la mismísima IBM, al menos en la versión de PC. Se trata de un conjunto de mini juegos protagonizados por un gato callejero que tiene que reunirse con su amada, ni más ni menos.

Comenzaremos en un callejón lleno de cubos de basura por los que trepar, y todo para llegar a un tendedero de ropa situado en un edificio colindante lleno de ratones que cazar y ventanas que se abren y se cierran y por las que nos tendremos que colar. En esta pantalla debemos tener cuidado, ya que de los cubos de basura sale un gatejo feo que sube y baja y nos puede tirar al suelo, en el suelo de vez en cuando pasa un perro poco amistoso, y ya en el tenderín de la ropa habrá objetos que salen de las ventanas como calcetines o platos, y claro, todo eso nos tirará al suelo.

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Menos mal que la escoba está ocupada y nos podemos decir a los que nos interesa

Cuando pillemos una ventana abierta y nos logremos colar, accederemos a uno de los diferentes mini juegos de los que se compone Alley Cat. Antes de nada debemos señalar que en todos los niveles hay una escoba que nos lanzará por todo el escenario, pero podemos frenarla si caminamos por el suelo dejando huellas para darle algo que limpiar. También hay un perrazo que nos dará caza si estamos mucho tiempo en el suelo. Vamos a describir estos mini juegos a continuación:

  • Habitación de la araña: Hay unos floreros encima de una estantería y están custodiados por una araña. Tendremos que trepar y tirarlos al suelo, con cuidado de que no nos pille la araña.
  • Habitación de la jaula: Una jaula con un pájaro está encima de una mesa. Habrá que tirarla al suelo y dar caza al pajarraco de marras que volará por todo el escenario.
  • Habitación de la pecera: Nuestro objetivo es una pecera que está sobre una mesa. Nos meteremos dentro y dará comienzo otra especie de mini juego en el que tendremos que cazar todos los peces que veamos. Por si fuera poco aquí tenemos otros dos peligros añadidos: por un lado hay unas líneas que simulan a unas anguilas que nos pueden electrocutar pero, por otra parte, dado que estamos bajo el agua, de vez en cuando conviene sacar la cabeza de nuestro gato a la superficie para que pueda respirar, si no cambiará de color y morirá ahogado.
  • Habitación de los perros: Una buena colección de perros dormidos aguardan en el suelo. Tenemos que bebernos toda la leche de sus recipientes. El problema está en que si pasamos mucho tiempo al lado de un perro éste se despertará y ya podremos correr.
  • Habitación del queso: Un trozo de queso gigante está lleno de ratones y de agujeros. Hay que cazar a los ratones salantado de agujero en agujero, ni más ni menos.
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¡Ese cacho de pedazo de queso!

Superado uno de estos niveles pasaremos de nuevo al callejón e iremos a una ventana marcada con una gata y corazones. Otro mini juego hará acto de aparición y aquí tendremos que ir subiendo por una escalinata de corazones para llegar a nuestra amada. El peligro está en que cada piso tiene un gato que nos tirará por los agujeros, agujeros que van creando unas flechas tipo cupido con el fin de hacernos la puñeta una y otra vez.

Tras superar este último nivel besaremos a nuestra gata querida, ganamos una vida extra y volveremos a empezar, pero con un nuevo nivel de dificultad, habiendo un total de cuatro seleccionables nada más arrancar el juego. Y ya está, así es sucesivamente hasta que perdamos todas las vidas y se acabe el juego, ya que Alley Cat no tiene final, pero ni falta que hace.

Gráficamente no es un juego que destaque especialmente. Gráficos CGA en PC y algo más de color en las versiones para Atari 8bit y PC-88 con personajes simplones y escenarios vacíos y faltos de detalle, eso sí, hay que recordar que es un juego de 1983, así que no esperéis mucho. Y en el apartado sonoro tampoco hay que esperar mucho, todo está plagado de pitidos que surgen del altavoz interno de nuestro PC, pero hay que reconocer que la música de inicio es pegadiza y tarareable.

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La de cosas que tenemos que hacer por amor

Lo mejor de Alley Cat sin duda alguna es la jugabilidad y la adicción que produce. El control es muy simple: con las flechas del teclado nos movemos de izquierda a derecha y saltamos, la agilidad de nuestro felino hará el resto para agarrarse a donde pille. Y la verdad es que el movimiento resulta bastante fluído y ágil, algo que nos viene de perlas frente a un juego de este tipo, dónde encima la inteligencia artificial de los enemigos funciona bastante bien.

He visto por Internet que este juego gozó de bastante popularidad y que alguien se acordó de él bastantes años más tarde. Así pues existe un juego llamado Alley Cat’s Life que fue lanzado en 2004 para el sistema operativo Symbian (el de los móviles Nokia), pero no hay casi información. También, en 2006, se creó Alley Cat 2 para PC, mejorando en parte los gráficos del original, dándole un aspecto, en mi opinión, bastante hortera, que nos sigue invitando a disfrutar del original.

Y poco más que decir sobre Alley Cat. Como ya he mencionado al principio, es un juego con el que disfruté mucho, gracias a su divertida propuesta, a lo simpático que resulta y al desafío que supone, y eso, amigos míos, es más que suficiente para considerarlo una verdadera joya de los ordenadores, y más teniendo en cuenta de que tras jugarlo mogollón de años después, mis impresiones siguen siendo las mismas. ¡Miau!

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