- Compañía: Capcom
- Año: 1993
- Género: Beat ‘Em Up
- Plataformas: Arcade, Mega Drive
Feliz año y felices reyes a todos los Pixelmaniacos. Después de la nueva web arrancamos 2017 con un arcade con mayúsculas que rinde homenaje a uno de los anti-héroes más famosos del universo Marvel. Hablamos de Frank Castle, hablamos de The Punisher.
Después de ver esa increíble serie de Netflix llamada Daredevil, me encantó ese Punisher interpretado por Jon Bernthal (sí, aquel capullo llamado Shane que salía en The Walking Dead), y por eso me acordé de este arcade de tortas en el que Frank Castle y otro grande de Marvel conocido como Nick Furia se enfrentan al malvado Kingpin y a todos sus secuaces.
El asunto va de que el amigo Castle va en busca de Bruno Costa, peligroso criminal que tiene que ver con el asesinato de su familia. Con ayuda de Nick Furia, Punisher se embarcará en un peligroso camino que le llevará a abrirse paso a base de puñetazos y tiros en busca de Costa, hasta enfrentarse con el peligroso y enorme Kingpin, que está detrás de todo el percal. Así de simple.
The Punisher es el típico pegatortas de scroll lateral «made in Capcom» que en su momento triunfó bastante en los salones recreativos, gracias a elementos tan básicos como una jugabilidad explosiva y un apartado técnico a la altura de mediados de los 90. Es decir, cuando Capcom hacía juegos en condiciones.
Pues bien, para empezar hay que señalar que, como buen beat ‘em up que se precie, The Punisher cuenta con opción para dos jugadores, pudiendo escoger para superar nuestro periplo entre el Castigador Frank Castle y el agente de S.H.I.E.L.D. Nick Furia, personajes muy similares que apenas tienen diferencias y que se manejan de lujo.
Frank y Nick se abrirán paso por una serie de fases con su correspondiente jefe final. Encontraremos de todo. Desde mafiosos armados hasta los dientes, macarras de medio pelo, punkis costrosos y feos, ninjas de todo tipo e, incluso, engendros tecnológicos que nos harán la vida imposible.
Generalmente iremos repartiendo mandobles a diestro y siniestro, pero también contaremos con armas tipo bates, bidones que lanzaremos, lanzallamas, cuchillos y en general un buen arsenal de ítems que nos harán nuestra misión algo más fácil. Por otro lado, en algunos momentos toca disparar, y para eso Frank y Nick tienen su respectiva pistola con la que coser a balazos a tó perro pichichi que quiera gresca.
El control es bien sencillo. Un botón para atacar y otro para saltar. Pulsando los dos a la vez ejecutaremos el típico ataque especial desperado que nos restará un poco de vida pero que nos vendrá muy bien en algunas situaciones. También nos vienen de lujo unas granadas limitadas que se lanzan pulsando el mando hacia a bajo y el botón de ataque mientras saltamos. Y por supuesto tenemos las típicas presas y algún que otro movimiento chulo.
Gráficamente es una pasada. Con personajes detallados (mención especial, para variar, los estupendos jefes de final de fase), movimientos rápidos y fluidos y escenarios muy bien realizados, tal y como nos tenía Capcom acostumbrados en sus juegos de la famosa placa de recreativs CPS-1. El sonido también es brutal, con voces digitalizadas, golpes y disparos contundentes y una banda sonora muy apropiada que nos proporciona un ritmo intenso para la acción, acción que, por cierto, hay a patadas.
Para el mercado doméstico sólo hay una conversión directa de este arcade. Aunque hubo varios juegos de Punisher para consolas y ordenadores, Mega Drive fue el único sistema que en 1994 recibió una conversión de este juegazo. The Punisher para Mega Drive está bastante bien, con sus respectivos recortes en gráficos y sonido, pero se juega estupéndamente y se capta perfectamente la esencia del original, aunque es un pelín más lento.
Pues sí señor, este arcade llamado The Punisher logra plasmar de forma magistral el ambiente de los cómics de Marvel y la esencia de un personaje tan mítico como Punisher. Que sí, que también aparece el genial Nick Furia, con su parche, su puro y su todo, pero es que Frank Castle mola, y mola mucho, y amigos, hay que hacer justicia que este tipo lo ha pasado realmente mal.