Pues no gente, no. El mejor aventurero de todos los tiempos no es Indiana Jones, Lara Croft o Nathan Drake. Es Edward Randy, el protagonista de The Cliffhanger: Edward Randy, una frenética recreativa llenita de acción por todas partes que no nos dará ni un solo momento de respiro.
The Cliffhanger: Edward Randy es obra de Data East y apareció en 1990 en los salones del vicio. Y lo hizo en exclusiva, pues no existe ninguna conversión al mercado doméstico de este espectacular juego de acción.

Controlamos a Edward Randy, un aventurero que bebe muchísimo del gran Indiana Jones, no hay más que verlo. Con su porte, su látigo y su sed de aventura, el bueno del señor Randy nos lleva a la Europa de los años 30. Charlotte, la hija de un prestigioso científico posee una llave con forma de prisma para activar una peligrosa arma cuyo poder anhelan los malvados nazis.
Como buen aventurero, nuestro deber es el de proteger a Charlotte y evitar que la llave prisma caiga en manos de esos facinerosos. Esto tendrá lugar en un desarrollo plagado de acción y plataformas de lo más cinematográfico. Y es interesante porque es como si el juego tuviese una única fase dividida en varios actos.

Nuestro héroe puede usar su látigo para atacar a los enemigos pero, si está cerca, dará puñetazos. Además, el látigo también sirve para colgarse de ciertos puntos elevados. Por otro lado, podremos saltar o rodar por el suelo. Todo esto con solo pulsar un par de botones.
Las situaciones que nos encontraremos en The Cliffhanger: Edward Randy son puro Hollywood. Comenzaremos con una persecución por un río con lanchas y todo. Podremos saltar entre las embarcaciones para deshacernos de los numerosos enemigos que nos asfixiarán en todo momento. Luego acabaremos en enfrentándonos a ellos en un gigantesco tren bien cargadito de armas.

La aventura no se relaja en ningún momento. Seguiremos nuestro periplo conduciendo un todoterreno mientras huimos de más nazis motorizados, algunos de ellos con terroríficos y enormes vehículos. Luego vendrán más artefactos enormes, plataformeo sin tregua, un robot gigante y una peligrosísima persecución aérea. Al final, daremos con el malvado general nazi al que tendremos que derrotar.
Como podéis ver, el desarrollo de The Cliffhanger: Edward Randy es puro espectáculo. Sobra decir que la dificultad del juego es elevada, por lo que «gastaremos» una buena cantidad de monedas si queremos terminarlo. Eso sí, pese a su nivel de dificultad, es un juego muy corto que se termina en bastante menos de 10 minutos.

Una de las cosas que más llaman la atención es el curioso sistema de salud del personaje. Tenemos la típica ristra de corazones que irá mermando a medida que los enemigos no sacuden o nos hacen caer de algún sitio. Sin embargo, podemos obtener salud extra si los derrotamos a base de puño y látigo. Además, también destaca la falta de ítems como armas o salud y puntos extra.
Data East hizo muy buen trabajo a nivel técnico. Pese a la cantidad de enemigos que hay en pantalla, la acción de The Cliffhanger: Edward Randy no decae en ningún momento, es decir, que no hay ralentizaciones de ningún tipo. El escalado de sprites brilla en algunos momentos, dándonos gran sensación de velocidad en ciertas situaciones. Además, algunos enemigos gigantes son realmente espectaculares.

No nos ha gustado que, pese al colorido del que hace gala en todo momento, el juego tenga un tono muy apagado. No sabemos si es cosa de la emulación o es que es así. Además, las animaciones son algo lentas y, a pesar del buen control, hay momentos en los que nos gustaría un poquito más de fluidez y unas colisiones más curradas. A pesar de estos dos fallitos, estamos ante un título realmente impresionante.
Melodías cinematográficas sintetizadas con cierto sampleo de instrumentos digitales se mezclan con un batiburrillo de efectos de sonido. Gritos, explosiones, disparos y demás efectos de sonido contundente tienen lugar en todo momento. A esta combinación de música y sonidos no se le puede poner ninguna pega.

El control de The Cliffhanger: Edward Randy es bueno. La dificultad, como hemos dicho, es alta, pero su desarrollo invita a seguir dándole caña hasta el final. Además, hay opción para dos jugadores, pudiendo controlar a un segundo Edward Randy que no aporta nada al juego más allá de esta opción.
Espectáculo es la mejor palabra que podemos utilizar para definir a este The Cliffhanger: Edward Randy. Su frenético desarrollo, combinado con un apartado audiovisual acorde, y ese toque cinematográfico de películas de aventuras como las de Indiana Jones es delicioso. Lástima que dure tan poco y que, salvo emulación o recreativa original, no podamos disfrutarlo en otras plataformas.