El catálogo de NES y Famicom está plagado de auténticas joyas que, por desgracia, no son muy conocidas para el público general. Por suerte, el paso del tiempo ha sacado a la luz los ya vetustos circuitos de sus cartuchos y títulos como Shatterhand pueden ser reivindicados como se merecen. Vamos a darle caña a este plataformas de acción.
¿De dónde sale esto?
De la gran Natsume, creadora de otras joyazas ocultas para la NES como son Blue Shadow o Action in New York, además de maravillas como Shadow Warriors para Game Boy o Wild Guns para Super Nintendo. Una gran compañía que realmente mereció más de lo que obtuvo y cuyos desarrollos quizá fueron opacados por otros lanzamientos que en su momento recibieron más atención.
Fue Angel, filial de Bandai, quién lanzó el juego en Japón en 1991 bajo el impronunciable nombre de Tokkyuu Shirei Solbrain. Ya con el nombre de Shatterhand, ese mismo año, desembarcó en Estados Unidos con Jaleco como distribuidora, haciendo lo propio también en Europa, pero más tarde, en 1992. Además, Shatterhand sí que tuvo lanzamiento en España de la mano de Spaco.
¿De qué va?
Shatterhand nos lleva al cada vez más cercano año 2030. Los Metal Command son un grupo de militares renegados que están liderados por el General Gus Grover. Resulta que se han construido su propio ejército de cíborgs y, como de costumbre, quieren dominar el planeta. Entra en escena Steve Hermann, un joven policía que, por culpa de los Metal Command, ha perdido los brazos.
Cual Jax de Mortal Kombat, al bueno de Hermann le colocan unos brazos cibernéticos que le sientan de lujo y le dan una fuerza tremenda. Bajo las órdenes de la organización L.O.R.D., Steve Hermann, ahora conocido como Shatterhand, deberá usar sus nuevos y flamantes brazos para acabar con todos los Metal Command y evitar una catástrofe mundial.
Y digo yo, ¿qué tiene?
Acción de scroll lateral de la buena, con plataformas y enemigos que nos las harán pasar canutas. En Shatterhand nos lanzamos a dar puñetazos con nuestros tremendos brazacos, repartiendo estopa a diestro y siniestro. Podremos saltar y agarrarnos a las paredes, muy en la línea de otros lanzamientos de Natsume como el tremendo Blue Shadow.
Pero no estamos solos. Si juntamos tres bloques con diferentes letras griegas, obtendremos la ayuda, por tiempo limitado, claro, de un pequeño cíborg cuyas habilidades nos vendrán estupendamente. Este se presenta como una esfera que atacará al mismo tiempo que nosotros, dándonos un plus de poder contra los difíciles enemigos del juego. Por cierto, dependiendo de la combinación de dichas letras griegas obtendremos un poder u otro.
Por otra parte y tras superar nuestro primer periplo y derrotar al primer jefe de fin de fase, Shatterhand nos ofrecerá la posibilidad de escoger entre las cinco fases siguientes. Esto quiere decir que existe la fase introductoria y otras cinco fases. Pero aquí no acaba todo, hay una séptima fase final que nos permitirá acabar con el enemigo de una vez por todas.
¿Es un placer para los sentidos?
Sin duda alguna, Shatterhand destaca en su apartado técnico. El personaje principal y los enemigos están estupendamente animados y rebosan detalles, muy en la línea de lo que Natsume siempre nos ha tenido acostumbrados. Además, las escenas introductorias son de muy gran calidad, muy similar a lo visto en juegos como los Ninja Gaiden de Tecmo también para la consola de Nintendo.
Todo esto, sumado al detalle de los escenarios y a algunos enemigos, de un tamaño bastante grandecito, hacen que Shatterhand sea uno de los títulos de acción más llamativos del sistema a nivel gráfico. Otra cosa a destacar es la velocidad de su acción que, sin estar exenta de ralentizaciones y parpadeos, es digna de mención para los estándares de la 8bit de Nintendo.
Durante la partida nos acompañarán melodías que encajan muy bien con la acción. Un grueso de efectos sonoros más que cumplidores completan este apartado. Vamos, que en cuanto al sonido tampoco podemos ponerle ninguna pega.
Eso sí, no os dejéis engañar por la horrible carátula del cartucho que nos llegó. A buen seguro, en una época en la que casi comprábamos un juego por la portada, esto no ayudó a aupar las ventas de este pedazo de cartucho.
¿Se juega bien?
Dos botones, uno para atacar y otro para saltar, ¿se puede pedir más? Tenemos a un personaje de lo más completo que, inicialmente, solo podrá dar puñetazos. Poco a poco equilibraremos la balanza con los acoples a modo de cíborg que hemos mencionado antes. Sin embargo, Shatterhand también nos ofrece la posibilidad de convertir a nuestro héroe en un robot muy poderoso que lanzará ráfagas de fuego.
Con todo esto ya sentimos que estamos preparados para enfrentarnos a todo ese ejército de renegados. Pero tampoco os esperéis que esto es un camino de rosas, Shatterhand es un juego desafiante, como mandan los cánones impuestos en los productos de Natsume.
Entonces, ¿me va a molar?
¿La acción sin freno es lo tuyo? Si es así Shatterhand es para ti. Se trata de toda una maravilla que, como decimos, pasó sin pena ni gloria por el catálogo de Nintendo NES. Un juego de acción de tomo y lomo, desafiante, espectacular en lo técnico y muy divertido. ¿Se puede pedir más? Solo con llevar el sello de Natsume ya es para darle una oportunidad, ¿no creéis?
¡Por cierto! Si te apetece darle un tiento, échate una partida en el siguiente enlace.