- Compañía: Tad Corporation
- Año: 1990
- Género: Shooter en 3ª persona
- Plataformas: Arcade
¿Cómo se llama ese juego que es como Cabal pero con un indio y un vaquero? Sí, hoy hablamos de ese juego, hablamos de Blood Bros., un juego que se puede considerar como una secuela espiritual del mencionado Cabal, de hecho pertenece a la misma compañía. Y efectivamente es así, pues Blood Bros. coge lo mejor de su antecesor y lo multiplica, tanto con el aspecto técnico como con el jugable.
La mecánica del juego es simple: debemos disparar a todo lo que se mueva (y a lo que no se mueva también), pues el componente destructivo de Blood Bros. es muy alto, tanto que podemos dejar los escenarios hechos unos zorros. Por otra parte su argumento es igual de simple que su mecánica, así pues el único objetivo del juego es derrotar a un tipo llamado Big Bad John, que es el forajido más buscado y nos darán una buena recompensa por él.
Disponemos de tres botones para la acción. Tenemos uno para disparar, otro para esquivar las balas a modo de volteretas, y un tercer botón que sirve para lanzar cartuchos de dinamita, cuyo poder destructivo es bastante elevado comparado con los tiros de la pistola que tenemos de serie. También tenemos otros tipos diferentes de armas que vamos consiguiendo si disparamos a ciertos elementos del escenario, por ejemplo a unos cerdos simpaticones o a un indio pequeñajo que corre que se las pela, y es que el humor en Blood Bros. siempre está presente. Pues lo dicho, contamos con escopetas recortadas o ametralladoras más grandes con un poder de destrucción mayor que el arma convencional que utilizaremos a lo largo de todo el juego.
En los escenarios hay además otros elementos interesantes e interactivos, como la posibilidad de pegar tiros a una lata, y es que cuantos más tiros consecutivos le demos a la lata más puntos nos darán. También y de vez en cuando vemos a alguna chica despistada campando a sus anchas, una pareja de novios con muy mala leche y muchos, muchos enemigos en pantalla que nos harán las cosas un poco más difíciles. De todas formas Blood Bros. no es uno de los juegos más complicados de este tipo.
Otro aspecto importante son los enemigos finales y la destrucción de los escenarios. En el primer apartado tenemos una locomotora bien armada hasta las trancas o un zepelín grande y peligroso, y es que en el juego los jefes finales son un buen punto a favor. Por otro lado está el grado de destrucción que alcanzan los escenarios, pues en cada uno tenemos una barra de destrucción que tiene que agotarse para pasar de fase, y esto se consigue apaleando a un buen número de enemigos o destrozando literalmente los edificios, piedras, árboles y demás elementos que pueden poblar los decorados. Esto último y en mi opinión es una de las mejores características de este pegatiros.
Técnicamente el juego es brillante, con gráficos coloridos, muy buenos, y sin ralentizaciones raras que entorpezcan la acción, con efectos sonoros contundentes y bien realizados, pero con una música un tanto rara que, aunque acompaña bien al ritmo del juego, pasa a un segundo plano entre tanta acción. La jugabilidad también es tremenda, siendo la estrella (claro está) el modo para dos jugadores. Divertido y sin complicaciones, tal y como debe ser un buen arcade.
Cabal, como ya comentamos en su día, sí que tuvo algunas conversiones para los sistemas domésticos, pero Blood Bros. no las tuvo, y la verdad es que es una lástima, pues es imperdonable cómo un juegazo de este calibre sólo se quedó en las salas de máquinas recreativas. Tampoco estaría mal que alguien lo rescatara y apareciera para descargar en las plataformas actuales.
Blood Bros. es otros gran juego de disparos que pudimos disfrutar en los salones recreativos. Divertido, bien hecho y con un sentido del humor bastante acentuado, de hecho mola mucho ver cómo celebran nuestros personajes el éxito cosechado en cada nivel porque se ponen a bailar y hacer piruetas por todo el mapeado. Una joya indispensable para los amantes de los shooters arcade en tercera persona.
[…] Blood Bros. es un grandísimo arcade, con grandes dosis de acción, sin respiro, que pondrá a prueba nuestra pericia a los mandos. No es demasiado complicado, pero hay momentos verdaderamente intensos. Un básico. […]