Strider, la serie de juegos de acción creada por Capcom y protagonizada por el ninja del futuro Strider Hiryu, aterriza en Pixelmaniacos. Si bien, el origen de Strider Hiryu viene de los cómics, fue Capcom quién popularizó al personaje a través de sus juegos. Hoy vamos a dar un repaso a esta impresionante saga.
El origen en los arcades
El primer título de la serie, Strider (Strider Hiryu en Japón), data de 1989 y fue desarrollado por Capcom para los salones recreativos bajo su famosa placa CPS-1, la misma que otros títulos como Street Fighter II o Final Fight.
Strider nos traslada al futuro, a la Rusia del año 2048. El malvado Gran Maestro Meio quiere apoderarse del universo, pero no lo tendrá fácil, pues un ninja llamado Hiryu, conocido como un «Super Strider de Clase A», va en su búsqueda. ¿Su misión? Simple. Derrotar a Meio y acabar con sus ansias de conquista. ¿Lo conseguirá? A priori no es una tarea nada fácil.
Y esto es lo que nos ofrece este mítico título de acción con toques plataformeros. Para empezar, veremos a una Rusia futurista que, por lo visto, ha vuelto a adoptar aquello de la Unión Soviética. Ahí repartiremos estopa como descosidos, dándole caña a los solados del Gran Maestro y a una serie de criaturas robóticas, todo con una ambientación estupenda.
Nuestro héroe es rápido, pudiendo correr y encadenar ataques con su afilada espada. Realizaremos grandes altos acrobáticos, treparemos por las paredes o nos encaramaremos a diferentes plataformas. Hiryu puede con todo. Nos esperan cinco niveles, cada uno con su jefe final y sus respectivos jefes a mitad de fase. Parece poco, pero la tarea tampoco es un camino de rosas.
Este Strider muestra un buen músculo técnico, siendo uno de los primeros juegos realizados para la placa CPS-1. Cuenta con personajes grandes, jefes de fin de fase enormes y escenarios variados, además de unas buenas animaciones y un ritmo de juego veloz. Las melodías también aguantan el tipo y acompañan bien junto a unos efectos de sonido contundentes.
Por supuesto, la estrella es la jugabilidad. Solo tenemos dos botones a nuestra disposición, uno para saltar y otro para atacar. Además, contaremos con diferentes ítems que nos ayudarán potenciando nuestro ataque, dándonos más energía o otorgarnos algún que otro robot que nos ayudará a disparar al personal.
Por supuesto, un juego con el calibre de Strider tuvo mucho éxito, siendo uno de los primeros éxitos reales de Capcom en los salones recreativos. Esto, como era de esperar, provocó la aparición de una serie de versiones domésticas.
Vamos a empezar con las buenas. Las más parecidas al arcade son las que se lanzaron en 1992 para el ordenador Sharp X68000 y, varios años más tarde, en la consola PlayStation. Esta última fue incluida de regalo en 1999 con la segunda parte del juego, que salió para la consola de Sony, pero también se lanzó por separado y en exclusiva para Japón en 2006, siendo uno de los últimos lanzamientos para la inolvidable PlayStation.
Luego tenemos la versión para Mega Drive/Genesis, creada por la propia Sega y lanzada en 1990 para esta consola. Dentro de las versiones «pudientes», por así de decirlo, la de Mega Drive es sin duda la mejor y más fiel al original. Presenta un apartado técnico que aguanta el tipo, muy cercano al original, junto al resto de los ingredientes del arcade. Vamos, que era lo más parecido entonces al arcade en casa.
La de PC Engine CD, exclusiva del mercado japonés, es también digna de mención. Si bien técnicamente es inferior a la de Mega Drive, esta versión añade intros y música en CD, aprovechando las bondades del periférico con soporte CD-ROM para la PC Engine original.
Y luego está el resto. La infame U.S. Gold, junto a la desarrolladora Tiertex, se encargó de las versiones para ordenadores, que salieron también en 1989. Amiga, Atari ST, PC, Amstrad CPC, Commodore 64 y ZX Spectrum recibieron sus correspondientes ports, todos cortados bajo el mismo patrón. A saberse: un área de juego enana, movimientos ortopédicos y un control con una respuesta horrible.
Vamos a salvar de la quema a la conversión para la consola Master System, también realizada por la propia Sega y lanzada en 1991. Si bien su aspecto es similar a la versión de Amiga, esta cuenta con algunos recortes técnicos, como es lógico, pero tiene un área de juego mayor. Además, las animaciones son más fluidas y el control es bueno, siendo otra alternativa estupenda.
Las aventuras de Hiryu en Strider no terminan aquí. A continuación vamos a ver qué más nos ofrece este ninja del futuro.
La versión de Strider exclusiva para la NES
Seguimos en 1989 y nos vamos con una conversión de la propia Capcom para la Nintendo NES. Strider para la 8bit de Nintendo tiene poco o nada que ver con el original, con una serie de cambios importantes en el control del personaje y otros muchos en el desarrollo.
No nos vamos a entretener mucho aquí porque ya hablamos de este juego en su día, así que podéis encontrar nuestra reseña en el artículo llamado «cinco ports de arcades que no fueron lo esperado«. Echadle un vistazo, pues esta versión está bastante bien y merece la pena darle un tiento.
Una secuela exclusiva del mercado doméstico
U.S. Gold, que se había hecho con los derechos de Strider en el mercado doméstico, decidió explotar un poco más al personaje. Para ello, no contentos con el estropicio general en las conversiones a ordenadores que hicieron, pensaron que la empresa Tiertex haría un buen trabajo con una secuela. Spoiler, no fue así.
Strider II (Strider Returns: Journey from Darkness en las versiones americanas para consolas) vio la luz en 1990 en Amiga, Atari ST, Amstrad CPC, Commodore 64 y ZX Spectrum, lanzándose más tarde, entre 1992 y 1993 en el trío de consolas de Sega de la época, es decir, Mega Drive, Master System y Game Gear.
Nuestro héroe ha vuelto, y con él también el Gran Maestro. En esta ocasión, Hiryu tendrá que salvar al planeta Magenta. Su líder ha sido secuestrada por unos terroristas y exigen un rescate. Así pues, nuestro amigo ninja deberá rescatarla, pero esta vez cuenta con la ayuda de un rifle que es algo así como un láser giroscópico, además de un convertidor de materia.
En Strider II tendremos un desarrollo similar al de la primera parte, es decir, acción con toques de plataformas y las acrobacias de nuestro ninja del futuro favorito. De hecho, en esta entrega el plataformeo cobra más protagonismo y, por lo tanto, esto requiere un control adecuado del personaje, cosa que no supieron implementar demasiado bien.
Las capacidades de Hiryu han sido, supuestamente, mejoradas con el añadido del láser. Con esto podremos batir a ciertos enemigos a distancia, pero también contaremos con nuestra fiel espada, cuyas ráfagas darán buena cuenta de nuestros enemigos. El problema es que, al menos en las versiones para ordenadores, para poder utilizar la espada debemos correr porque, si estamos quietos, es cuando usaremos el láser.
Otra «sobrada» es el convertidor de materia que mencionábamos antes. Esto nos permite convertirnos en un robot. Esta forma nos será útil para deshacernos de oleadas de enemigos, ya que solo podremos movernos de izquierda a derecha y no podremos saltar. Es algo a lo que no le vemos mucho sentido, la verdad.
Pero bueno, los problemas de Strider II vienen con el control. Para las versiones de ordenadores es un auténtico dolor de muelas. En Amiga y Atari ST todavía se puede jugar, pero el plataformeo está muy mal implementado y la detección de colisiones es horrible. Respecto a los juegos para ordenadores de 8bit ya directamente ni se puede atacar porque la respuesta de los controles es infame y tiene un retardo tremendo.
Pasemos a las versiones para consolas. En Mega Drive los gráficos son los más potables de todos, pero se pierde agilidad por el camino. El desarrollo es similar al de los ordenadores, pero cambian algunas cosas, dándole más protagonismo a las plataformas. ¿El problema? Un control malo y una dificultad altísima. Y en Master System y Game Gear la cosa va por los mismos derroteros, así que pinchazo al canto.
No entendemos cómo Capcom dejó que U.S. Gold hiciese lo que le dio la gana, pero era otra época y las cosas se hacían así. Este juego mancha el legado de esta increíble saga, pero, por suerte, Capcom cogió al toro por los cuernos y nos preparó años después una secuela bastante espectacular.
La verdadera secuela que sí que creó Capcom
Tuvimos que esperar hasta 1999 para ver una secuela en condiciones de Strider. Su nombre es Strider 2 y desembarcó ese mismo año en salones recreativos, llegando en el año 2000 a PlayStation. Capcom utilizó la placa ZN-2, basada en el hardware de la consola de Sony.
Pasando olímpicamente de la infame secuela de U.S. Gold, Strider 2 sigue los acontecimientos del primer juego, trayendo de vuelta al Gran Maestro que, ¡oh! Sorpresa, quiere hacerse el dueño del cotarro. Por suerte nuestro amado Hiryu está aquí para pararle los pies en este espectacular juego de acción.
Para empezar, en Strider 2 podemos escoger comenzar en una de las tres fases que nos proponen al principio. Da igual lo que escojamos, nos espera todo un despliegue técnico con gráficos poligonales en 3D y personajes creados a base de sprites. Y aquí sí, nuestro héroe se mueve sobre ellos como pez en el agua, con la agilidad que le caracteriza y sus técnicas ninja, en fases que, de nuevo, mezclan acción pura y dura con momentos de plataformeo.
Una de las novedades principales es el añadido de Hien, otro Strider que es algo así como el rival de Hiryu y con el que nos enfrentaremos el algunas ocasiones. Cabe destacar que en la conversión de PlayStation podemos jugar tranquilamente con este nuevo Strider, algo que le da más variedad, ya que cuenta con sus propias técnicas especiales.
Espectacular a nivel técnico, Strider 2 se combina con una jugabilidad a prueba de bombas. Controlar a Hiryu es toda una delicia, demostrando que la agilidad ha vuelto a la saga, lo que consigue que las partidas sean espectaculares. Y para espectáculo están los jefes finales, con diseños muy logrados.
Una monumental secuela disfrutable tanto en arcade como en PlayStation. Quizá nos ha parecido un poco fácil, pero en la consola de Sony hay más niveles de dificultad y nos ofrecen un buen reto para los ninjas más exigentes. Espectáculo y diversión para la verdadera secuela de Strider. Un juego obligatorio para los amantes de la acción.
Strider en tiempos, más o menos, modernos
Y tras unos cuantos años en los que el primer Strider era incluido en alguna que otra recopilación y se usaba al personaje como invitado en otros juegos de Capcom, Hiryu regresa a la palestra en 2014. Esta vez se trata, por así decirlo, de una reinterpretación del primer juego bajo simplemente el nombre de Strider.
Este nuevo Strider apareció en PC, PlayStation 3, PlayStation 4, Xbox 360 y Xbox One solo en formato digital, dejando una única versión física para PlayStation 3 exclusiva del mercado japonés. Double Helix Games fueron los encargados de llevar a cabo este juegazo que apuesta también por la acción y las plataformas, pero con un concepto más «metroidvaniesco» que le otorga más profundidad.
Volveremos a enfrentarnos al Gran Maestro Meio y nos moveremos por la ciudad de Kazakh, que es un sitio muy avanzado a nivel tecnológico. Con un desarrollo 2.5D, Strider es, nuevamente, un título ágil, algo minimalista a nivel técnico, pero resulta espectacular a su manera. Una banda sonora inspirada en la original y un control exquisito ponen la guinda a este delicioso pastel perfecto para los amantes de este tipo de juegos.
Y aquí lo dejamos. Desgraciadamente desde 2014 no hemos vuelto a tener noticias de ningún juego de la saga Strider. Parece que Capcom no tiene planes, de momento, para resucitar a este ninja futurista que tantos momentos de acción nos ha dado.
Strider era un juego bastante impresionante y atrayente en su momento. La segunda parte oficial me gusta muchísimo más, y sí, también tiene que ver con su menor dificultad.
El primero es de esos juegos icónicos. Y su impronta debe ser muy importante porque la saga ha pasado muchísimo más tiempo en barbecho que en activo, lo cual habla de su calado.
El primero sí que lo vi en las recreativas, pero el segundo nunca. Cuando lo vi por primera vez, mediante emulación, claro, me quedé prendado de él y acto seguido me puse a jugar como un loco hasta que me lo pasé. La verdad es que es mucho más asequible que el primero, pero ese poso que deja la primera aventura del señor Strider Hiryu es difícil de quitar.
Capcom tendría que haber explotado más la franquicia. El último, que ya es de 2014, me parece espectacular y una buena forma de reinventarse. Lástima que hoy en día ya no sea una de las sagas más icónicas de Capcom. Lo mismo pienso que ocurre con Bionic Commando, aunque en este caso es peor, no hay noticias suyas desde 2010 si no recuerdo mal.