Hoy en día, el jugador de PC está bien servido porque los últimos lanzamientos casi siempre llegan a ordenadores. En cambio, en el pasado, los usuarios de PC nos quedábamos con las ganas de disfrutar de ciertos juegos que sí aterrizaban en otros sistemas, tanto en ordenadores como en consolas. Por suerte, propuestas como C.R.B. estaban para paliar esto.
C.R.B. no es el nombre de una hamburguesa ni nada por el estilo, son las siglas de Cuerpo Rompe Bolas. Y sí, lo habéis adivinado, se trata de nada más y nada menos que de algo así como un clon del famoso Pang o Buster Bros. de Mitchell. Y es que, los usuarios de PC teníamos que tirar de este tipo de productos, y eso que el original había salido en ordenadores como Amiga o Atari ST. Esto para nada tiene que ser malo siempre que se trata de productos con una calidad aceptable.

En 1992 ya se conocía a She Bo o Dinosaur Balls, o el clon chino de Pang, con el que muchos, entre los que se incluye un servidor, disfrutamos mucho en su día. Por suerte, en España siempre ha habido talento para el videojuego y Cuerpo Rompe Bolas es un producto que también nace para paliar esta necesidad.
Lanzado en 1993 por la empresa murciana Kronos, formada por Pedro Francisco Hernández Mayor, Gregorio Ortiz Fernández y Antonio José Ortiz Fernández, este Cuerpo Rompe Bolas, conocido como Ball Breakers Corp. fuera de nuestras fronteras, es una estupenda alternativa al clásico de los arcades. Se trataba de esos juegos que podías encontrar de regalo con los disquetes incluidos en las revistas del sector.

El asunto va de unas bolas que vienen del espacio y que amenazan la paz mundial, o más bien la de España, ya que sus escenarios se basan en localizaciones de nuestro país. Ahí entran en escena los C.R.B. o Cuerpo Rompe Bolas, que son un par de muchachuelos armados con unos artefactos capaces de hacer añicos a estas esferas espaciales.
La famosa Torre del Oro (con la catedral al fondo) de Sevilla, la Fuente de Cibeles en Madrid y el imponente Acueducto Romano de Segovia son las tres localizaciones en las que daremos buena cuenta de las bolas. Sí, son pocos escenarios, pero aprovechamos para deciros que estamos hablando de un producto prácticamente amateur.
El resto ya lo sabéis. Nuestro personaje se mueve de izquierda a derecha, usando una tecla para disparar y limpiar las bolas de cada nivel. Dichas bolas, irán menguando, convirtiéndose en bolas cada vez más pequeñas a medida que disparamos hasta hacerlas desaparecer por completo. Vamos, que en definitiva, se trata de la misma mecánica utilizada en el Pang original.

Las armas que usamos también están sacadas del mítico arcade. Comenzaremos con ese arpón que puede hacerse doble. También tenemos una cuerda con una ventosa y una pistola. Hay otros objetos, como la dinamita, que transformará todas las bolas en su tamaño más pequeño. Por último, hay un reloj que nos dará tiempo extra, y un campo de fuerza que nos protegerá de un golpe. Nos parece que no nos hemos olvidado de nada.
Y ya está. Solo nos queda salir a la palestra en este Cuerpo Rompe Bolas y machacar pelotas como descosidos. Lo podemos hacer también junto a otra persona porque dispone de un modo para dos jugadores.
Una opción curiosa que nos ofrece Cuerpo Rompe Bolas es la posibilidad de aumentar o disminuir la velocidad del juego. Seguro que esta opción se pensó para reducir la velocidad en equipos más modernos, pero se puede adaptar a nuestro gusto. Para que os hagáis una idea, a nivel personal, lo jugaba en mi viejo IBM PS/2 que tenía un procesador a 8 MHz, y funcionaba bastante bien.

Los gráficos no están mal. Se realizaron para tarjetas VGA de 256 colores, y proporcionan mucho color, con diseños simpáticos y sin grandes pretensiones. Del sonido no diremos nada puesto que solo es una colección de pitidos realizados con el altavoz interno del ordenador. No hay soporte para tarjetas de sonido.
En el asunto de la jugabilidad de Cuerpo Rompe Bolas sí que hay más chicha. Para empezar, el juego es bastante difícil. A parte de no haber continuaciones (sí hay vidas extra durante la partida), las colisiones no están muy logradas y los controles tampoco están demasiado pulidos. A ver, no se juega nada mal, pero podría ser mejor.

Evidentemente y a estas alturas, no nos vamos a cebar con este simpático lanzamiento. Como decíamos antes, no es un producto 100% profesional y se notan las carencias. Es más, debemos aprovechar la ocasión para agradecer que sus creadores nos ofreciesen la oportunidad de disfrutar de un clon de Pang en nuestros PCs.
En definitiva. C.R.B. o Cuerpo Rompe Bolas es un juego sin ambición. Simplemente creado para echar un rato divertido solos o en compañía, con una mecánica que muy pocos, en su momento, se atrevieron a ofrecernos para ordenadores PC. No es perfecto, pero se puede disfrutar mucho, que al fin y al cabo es lo importante.