A medida que nos adentramos en la mitad de los años 90, ese género popularmente conocido como «yo contra el barrio», iba perdiendo un poco de fuelle. Por suerte, para los amantes de este género, entre los que se incluye un servidor, todavía iban saliendo algunos productos muy recomendables, especialmente en los salones recreativos. Y este es el caso del fantástico Violent Storm.