Pues eso, que resulta que ya estábamos tardando mucho en hablar de uno de los mayores iconos en la historia de los videojuegos: Mario, el héroe fontanero de buen mostacho fruto de la mente del gran Shigeru Miyamoto. Este tipo, de aspecto amable y entrañable, con su característico bigote, su peto rojo y su gorra a juego, nació en Donkey Kong y en principio se le conoció como «Jumpman» (algo así como «el hombre salto»), y su misión era la de rescatar a la adorable damisela en apuros que tenía atrapada un mono gigante.