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EL ABUELO #5, ESOS BUGS

¿Qué es un bug? Traducido literalmente del inglés, bug significa «bicho», aunque también puede significar «error». Y «error» es el significado que buscamos referido a los videojuegos o a los programas informáticos, pues un bug es un «error de software», de ahí que los programas que se utilizan a modo de depuradores reciban el nombre de «debuggers». Este término, que ya se utilizaba en la época en que los ordenadores eran unos mastodontes lentos y pesados, surgió a raíz de que una polilla se metiera dentro de una unidad Mark II, haciendo que la computadora no funcionara correctamente.

En los videojuegos, los bugs siempre han existido, y es un término que sigue estando de moda por ejemplos de software reciente como Assassin’s Creed Unity o Sonic Boom, que han resultado ser un desastre por la enorme cantidad de bugs que contienen, que los hay para todos los gustos y colores. Otros ejemplos recientes son el inmenso RPG Skyrim (especialmente la versión para PlayStation 3) o algún que otro shooter como Battlefield 3 y su famoso «cuello de jirafa». Pero es que bugs siempre ha habido en prácticamente todos los videojuegos, lo que pasa es que actualmente los casos son mucho más sangrantes.

Vale, que los juegos de ahora son mucho más grandes, más elaborados y más difíciles de programar y producir que antes (y más caros, también), eso es indudable, pero hombre, digo yo que los enormes presupuestos que poseen darán para hacer más pruebas antes de lanzarlos al mercado. Lo que sí que se viene observando son las prisas por lanzar esos juegos cuanto antes para llenarse bien los bolsillos. Este es el caso de la serie Assassin’s Creed, serie de juegos de la empresa UbiSoft que ha terminado por lanzarse, como mínimo, una por año (incluso más de una  como es el actual caso de Assassin’s Creed Unity y Assassin’s Creed Rogue).

Que sí, que es verdad, que juegos como Super Mario Bros. ya tenían entonces una buena cantidad de bugs, pero sólo eran bugs que se producían en partes concretas y que podían estar ahí sin que nos diésemos ni cuenta, es decir, que nos podíamos pasar el juego sin notarlo. Los casos actuales son más sangrantes pues influyen mucho en la jugabilidad de cada título, pudiendo incluso frenarnos indefinidamente durante una partida. Por ejemplo, el genial Batman: Arkham Asylum, un juego como la copa de un pino, tenía un bug en el que el señor de la noche salía despedido por un agujero y no dejaba de volar hasta que salíamos del juego. ¿La solución? Si tenías suerte, tras volver a cargar la partida esto no sucedía, pero si seguía pasando tenías que volver a empezar con el riesgo de que, llegado de nuevo a este punto, este error te podía volver a ocurrir. La solución era aplicar un parche que corregía el fallo y sanseacabó.

Lo que quiero decir es que los bugs siempre han estado ahí, es verdad, pero es que en la actualidad son muchos y las compañías de juegos no nos pueden hacer pagar 70€ por un título plagado de errores, bajo la promesa de que con posteriores parches se solucionará. Mientras tanto ¿qué hacemos? Seguiremos jugando como buenamente podamos hasta que llegue tan asiado parche. Lo que si está claro es que no se pueden sacar los juegos con tanta prisa sólo para llenar el buche en el menor tiempo posible, ¿verdad, UbiSoft?

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