- Compañía: Hudson Soft
- Año: 1991
- Género: Deportes (Baloncesto)
- Plataformas: Super Nintendo
Bill Laimbeer fue un gran jugador de los Detroit Pistons en la NBA durante los años 80 y parte de los 90. Prestó su nombre a este juego, Bill Laimbeer’s Combat Basketball, un juego de baloncesto futurista exclusivo de Super Nintendo (y menos mal) y exclusivo del mercado estadounidense (y menos mal también). Si algún día los partidos de baloncesto llegan a ser como se representa en este título, mejor apaga y vámonos, porque estamos ante un «bluf» como una casa.
Vale, que si bien es cierto que fue uno de los primeros juegos que aparecieron en Super Nintendo en Estados Unidos, así que no se puede pedir que aproveche la consola al 100%, pero hombre, es que otros juegos como Super Mario World, F-Zero o Super Castlevania IV también lo eran y anda que no hay diferencia. Por cierto, Hudson Soft, una reputada empresa japonesa con grandes títulos como B.C. Kid es la compañía responsable de este desastre.
Nos trasladamos al año 2030, año en el que las cosas han cambiado un poco y el baloncesto tampoco iba a ser una excepción. El bueno de Bill Laimbeer dirige una liga de baloncesto un tanto peculiar en la que no hay árbitros, por lo que tampoco hay faltas, así que casi todo está permitido. La verdad es que se pusieron a quitar reglas como locos, y claro, eso también influyó en la calidad del propio juego, pues en Bill Laimbeer’s Combat Basketball falta la regla más importante que todo videojuego debe tener: que al menos resulte divertido, un elemento que parece no existir en el título que hoy tenemos entre manos.
Para empezar sólo disponemos de dos modos de juego: partido único y modo liga (este último modo es algo más profundo porque podemos ascender de división a medida que vamos ganando los partidos). Los equipos que manejamos tienen nombres como «Danger Dudes», «Brothers Grim» o «Heavy Duty», nombres que intentan darle a cada equipo un aire peligroso y que podemos cambiar por si nos aburrimos, que prácticamente es lo que vamos a hacer con esta cosa. Y un aspecto importante es que no hay diferencias entre ninguno de los equipos salvo el color del atuendo, además de que todos los jugadores son iguales, con pinta de punkis cibernéticos de lo más siniestro.
Pues bueno, una vez que escogemos el modo de juego, empiezan las calamidades. Los partidos se desarrollan en una vista aérea algo desfasada que ya pinta muy poco en los años 90. Por lo demás y como ya decíamos antes apenas hay reglas, salvo que el balón salga por las bandas o lo de los pasos atrás. En los partidos hay bombas que no debemos pisar porque entonces nos vamos a la porra y perdemos la pelota, así que debemos ir con cuidado, pero también podemos atizar a los contrarios para robarles el balón, eso sí, de manera un tanto cómica, ya que los jugadores se lanzan como ranas a por la pelota.
¿Por lo menos es divertido? Pues casi que no. Los partidos son lentos y los jugadores se mueven fatal, con unas animaciones horrendas, algo que influye en la jugabilidad, incrementando la dificultad de una manera muy absurda, así que el tedio y el cabreo pronto comienzan a aparecer consiguiendo que nos entren ganas de lanzar el cartucho por la ventana (y de paso a la pobre consola, que no tiene culpa ninguna). Luego está el apartado técnico, bastante pobre, con gráficos muy feos, efectos de sonido que incluyen algún gruñido y poco más, y una musiquilla más o menos aceptable, pero nada más.
Poco más podemos decir de Bill Laimbeer’s Combat Basketball salvo que es uno de los peores juegos del catálogo de Super Nintendo. Un despropósito técnico y jugable que puede causar mucho dolor. Una verdadera pena que un reputado jugador como Bill Laimbeer patrocine un juego así existiendo grandes juegos de baloncesto en el catálogo de una de las mejores consolas que ha parido Nintendo. Un desastre.
